Del trailer de United Artist Vía Wikimedia Comons |
Some like it hot
Año: 1959
País:
Estados Unidos
Dirección:
Billy Wilder
Música:
Adolph Deutsch
Una comedia en la que brilla Jack Lemmon…
y las lentejuelas de la Monroe
Estas vacaciones de Navidad me he
dedicado a ver diversas películas, y entre las comedias, sobresale este Con faldas y a lo loco. Un clásico que conserva
su frescura. Es más, diría yo que con la liberación mental de la época actual,
esta historia de travestismo es a día de hoy, aún más descacharrante que en los cincuenta.
Te cuenta como dos músicos de medio pelo
tienen que salir por patas del violento Chicago 1929, y lo hacen travestidos. Así se integran en una banda de chicas que va a tocar en Miami. Los
dos se sentirán atraídos por la cantante-tocadora de ukelele, quien ha tenido
malas experiencias con músicos y solo aspira a pillar a un buen millonario.
Una comedia de disfraces y engaños.
No solo Jack Lemmon y Tony Curtis tienen que vestir de mujer durante la mayor
parte del metraje sino que también Tony Curtis, para seducir a Marilyn Monroe,
se hace pasar por un millonario frígido.
¿Qué queréis que os diga? Este año se
cumplen sesenta años de esta comedia y aún tiene gracia. Que haya chistes que
superen el medio siglo es algo maravilloso. Seguro que hay cien cosas políticamente
incorrectas en esta historia, pero ni te das cuenta, pues te dejas llevar por
la historia, sin más.
Los actores están estupendos, pero si
alguien sobresale por encima de todos es, a mi modo de ver, Jack Lemmon, el
José Luis López Vázquez estadounidense. Lemmon es capaz de hacerte soltar la
risotada, solo con un gesto, una expresión, una mirada airada o soñadora a su
compañero de fatigas, Tony Curtis. Podría ser un secundario y sin embargo, se
come la pantalla cada vez que aparece.
Punto y aparte merece Marilyn o, más
bien, su vestuario. Hay un par de vestidos
que son más bien desnudos. Yo me
digo, ¿pero cómo dejaron pasar eso la censura, de verdad esto se estrenó en
España…? Cuando ella está en pantalla se te van los ojos tras sus redondeces y
turgencias, es imposible de evitar.
Me encanta el ritmo de la película.
Puede parecer lento, acostumbrados como estamos a las «videocliperas» pelis de
hogaño. Pero antaño las cosas eran de otra manera: sin prisa pero sin pausa. No
sobra una sola escena, y va pasando de una a otra, desarrollando el guion sin
darte un momento de respiro.
Una de las cosas que quizá no se sepa
mucho de esta película, es que se trata de la versión estadounidense de la
película francesa Fanfare d'amour
(1935), dirigida por Richard Pottier.
Ganó el Óscar al mejor vestuario; tuvo
otras nominaciones, pero era el año del blockbuster Ben-Hur y claro, este péplum
arrasó. Mira que me gusta Charlton Heston (soy así de superficial: lo físico me tira demasiado), pero sinceramente creo que Jack
Lemmon está espectacular en esta película y se merecía más el Óscar.
Obtuvo 3 Globos de Oro: Mejor Película
Comedia, Actor (Lemmon), Actriz (Monroe), el BAFTA al mejor actor extranjero
(Lemmon, again).
Se ha considerado como una de las
mejores comedias de la historia, en diversas listas, como la del American Film
Institute o una encuesta de la BBC de 2017. En 1989, la película fue
considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la
Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación
en el National Film Registry.
Y no cuento más. Solo que os recomiendo ver
esta película si queréis ver un magnífico actor cómico. Una película conocida
por otras dos cosas: el desquiciado título que le pusieron en España y la
escena final «nadie es perfecto», aquí os la dejo
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