sábado, 9 de noviembre de 2019

#35 Ajedrez de la isla de Lewis






Objeto: piezas de ajedrez
Material: marfil de morsa y ballena
Fecha: 1150-1200
Lugar actual: Museo Británico y M.º Nacional de Escocia, Reino Unido
Época: Edad Media




Nuestros entretenimientos nos definen


Nunca lo había pensado, pero también en qué nos entretenemos revela cosas de nosotros mismos. Lo entendí al oír el podcast de la BBC que hablaba de The Lewis Chessmen.

Este tesorillo, de unas noventa y tantas piezas de ajedrez, se encontró en la isla de Lewis, una de las Hébridas Exteriores de Escocia, en el año 1831. Se encontraron cerca de Uig; el lugar exacto parece que fue una duna de arena donde habían sido colocadas en una cámara pequeña, en piedra seca.

Las Hébridas son las islas que quedan pegadas a Escocia por el Oeste, pero en la parte más alejada. Más al norte, las Shetland. En la época en que se confeccionaron estas piezas, formaban parte del reino noruego, que quedaba al otro lado del mar del Norte, no siendo territorio del reino de Escocia. El mar del Norte, así, se convertía en un mar nórdico, un poco como el Mediterráneo fue el mare nostrum de los romanos.

No se sabe quién fue su propietario, ni qué hacían en el sitio donde fueron encontrados. Es de esos misterios históricos que vaya usted a saber. Leo en la página web del Museo Británico que es posible que originalmente pertenecieran a un comerciante que viajara desde Noruega hasta Irlanda. Consideran que esta hipótesis es probable, porque hay suficientes piezas, aunque faltan algunos elementos, para hacer cuatro juegos. Además, se encuentran en un excelente estado de conservación, como si se hubieran usado poco o nada.

Estas piezas de marfil de morsa y de ballena miden entre 8 y 10 centímetros. Se cree que fueron elaboradas en Trondheim, que tenía un famoso taller eborario. Cada uno talla lo que tiene a mano: colmillo de elefante en el sur de Europa, morsas en el norte.

El ajedrez es un juego que, nacido en la India, fue extendiéndose hacia el oeste de la mano de la civilización islámica. En Europa era el juego por excelencia, que jugaban y sobre el que se escribía. Desde luego, en estos siglos XI y XII estaba extendidísimo entre la aristocracia y la nobleza. No olvidemos que, por ejemplo el rey castellano Alfonso X el Sabio escribió (o encargó) el Libro de los juegos o Libro del axedrez, dados e tablas (1252-1284); sería el tratado de ajedrez más antiguo que se conserva en Europa.
Miniatura con el problema n.º 35 de ajedrez, Libro de los juegos

Lo curioso es que ni las normas del ajedrez ni sus piezas fueron siempre iguales. Cada cultura pone sus detalles. Por ejemplo, la pieza que en Europa era la reina, en el islámico era el visir. Lo de siempre son los peones, los soldaditos que no tienen individualidad alguna.

Aquí el peón

Los peones, soldados de infantería, son las únicas piezas no humanas del ajedrez de Lewis. Parecen unas losas o piedras en forma de obelisco con entrelazamientos típicas del arte vikingo.
Torre = Berserker

Luego tenemos lo que ahora sería la torre, que en la época medieval parece que era más bien un carro de guerra o torre móvil. En el ajedrez de Lewis son los berserkers, esos guerreros vikingos a los que se les iba la olla en el furor de la guerra. Aquí se los ve como guerreros que muerden su escudo.


El caballero

La siguiente pieza de ajedrez es el caballo, que simboliza lógicamente al arma de caballería. En este ajedrez medieval se representa como un caballero sobre su montura.

Vamos a por los alfiles. Originariamente, en la India, era un elefante; en la Europa medieval, un obispo, como se ve en este ajedrez de Lewis.

¿Qué nos quedan? El rey y la reina. En el ajedrez de Lewis, como vemos, son reinas pensativas. Ya digo que en el mundo islámico era una figura masculina, un emir o visir. Sólo en la Europa medieval se sustituyó por la dama. Por lo visto, no se movían tampoco como en la actualidad, sino que la reina medieval solo podía moverse una casilla en diagonal.


Y sí, por último tenemos al rey, la cabeza del ejército. La pieza más importante porque si te la cargas, acaba el juego.

Jaque mate.

Se considera que es el grupo de piezas más numeroso llegado a nuestros días y que se realizaron sólo para entretenimiento.

Por lo visto, un tablero suficientemente grande para todas las piezas colocadas para el juego con las reglas modernas, tendría que medir 82 centímetros de ancho. Se cree que el tablero original era rojo y blanco, y no blanco y negro como el actual; lo deducen porque en la documentación de la época del hallazgo se menciona que algunas piezas estaban manchadas de rojo. 

Once piezas se conservan en Edimburgo, en el Museo Nacional de Escocia, y ochenta y dos en el Museo Británico. Y sí, como otras obras artísticas, está la eterna cuestión de dónde deben estar, ¿en Londres? ¿En Edimburgo? ¿En la propia Lewis…? Detesto este tipo de polémicas porque realmente no piensan en lo que es mejor para la conservación de la obra, o para su investigación, o para que se divulgue entre la gente, sino por razones interesadas, partidistas, puramente nacionalistas, creando problemas donde (normalmente) no los hay, para distraer a la gente de las cosas que verdaderamente sí tendrían que estar exigiendo de sus políticos.

Pero vamos, que es solo mi opinión.



Como siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.

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