jueves, 4 de enero de 2018

#17 Ermita de Santa María (Quintanilla de las Viñas)

Por Nacho Cobos (2014)
[CC BY-SA 4.0]
via Wikimedia Commons






Ubicación: Quintanilla de las Viñas (provincia de Burgos), España
Fecha: Finales s. VII-principios s. VIII
Estilo: Arte visigodo
Tipo de edificación: iglesia


                       
Una de las obras más representativas de la arquitectura visigoda.


La última vez que en este blog visité una edificación europea fue la iglesia de San Vital de Rávena, bizantina, de mediados del siglo VI. Ahora damos un salto de siglo y medio para plantarnos en la península Ibérica, donde los visigodos reinaban desde hacía más de cien años.

Contrasta mucho la grandeza de la arquitectura romana con lo que vino después. Aunque a su modo, los pueblos germánicos se pretendían continuadores del poder imperial, sus edificaciones eran poco vistosas.

De los visigodos quedan, principalmente, iglesias por la zona de la Meseta Norte, como San Juan de Baños en Palencia, San Pedro de la Nave en Zamora, o esta de Quintanilla de las Viñas. He escogido esta porque la he visitado en persona un par de veces. Pero hay que tener un poco de ojo, porque no está en el pueblo mismo, sino en las afueras, y si te despistas, puedes pasarla de largo.

Es un buen complemento a un recorrido por la zona, visitando Santo Domingo de Silos o Covarrubias.

A diferencia de la época romana, o la posterior musulmana, la visigoda era una sociedad más rural, más del campo, así que los edificios que de ellos quedan suelen estar por despoblados. Dan la impresión de surgir ahí, en mitad de la nada, en un sitio que a ti no te llama la atención. Estar allí solo, en un descampado solitario, en un día de invierno, sintiendo el frío, con el viento helándote las orejillas,... sí, te transporta bastante bien a la Edad Media.

Se sigue el mismo modelo ya visto en la época del arte paleocristiano: planta basilical. Cuando posteriormente llegó el dominio musulmán, y se fue reconquistando hacia el sur, los repobladores cristianos construyeron edificios en los nuevos territorios siguiendo este modelo «estilo de repoblación».

Lo que queda en Quintanilla es sólo una pequeña parte del templo primitivo, la capilla mayor y el transepto; faltarían entonces las naves, la central y las laterales. Por eso da una impresión de edificio chiquito, para pocas personas, que no se ajusta del todo a la realidad.

La construían con grandes sillares. Entre la capilla y el crucero hay un arco toral, muy típico de los visigodos, que a un lado es de herradura y al otro de medio punto peraltado.

Lo más significativo son, para mí, los detalles ornamentales, el que se vean tallados temas vegetales como zarcillos o alegorías del sol y la luna, o, en el exterior, una faja horizontal que lo recorre con temas geométricos, vegetales y animales, a veces encerrados en círculos. Como dicen en la Wikipedia, este tipo de decoración es muy extraña y apenas existen ejemplos similares en templos cristianos.

La verdad es que si comparas con el arte grecorromano o bizantino de los siglos anteriores, es todo mucho más básico, más sencillo, más primitivo. Un paso atrás.

Aunque no es un artículo muy detallado, si quieres saber algo más de este monumento, puedes leer el artículo en la Wikipedia.

En YouTube, aquí tenéis cinco minutos de imágenes recreándose en el monumento

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