miércoles, 23 de febrero de 2022

#34 El prisionero de Zenda

 


 

The prisoner of Zenda

 

Autor: Anthony Hope

Año: 1894

Género: Novela

Edad: juvenil

 

 

La novela de capa y espada por antonomasia

 

Una de mis novelas favoritas de cuando yo era jovencita. En su momento tuve una versión de los años cuarenta-cincuenta que perteneció a mi padre. Qué pena que todos aquellos libros les perdí la pista, porque ahora me gustaría tenerlos.

Como no lo tengo, pues he leído esta una de las últimas versiones, la editorial que entiendo que fue promovida por Pérez-Reverte, zenda aventuras. Mi ejemplar es una segunda edición, de este mismo 2022.

Yo la recordaba más larga, y me la he leído en un par de días. Es una novela de aventuras de las de toda la vida, que no tiene una escena que sobre ni falte. Contado en primera persona por Rudolf Rassendyll, caballero inglés, te lleva rápidamente de Inglaterra a ese país imaginario de Centroeuropa, Ruritania, y allí se precipitan los acontecimientos: conoce al rey, descubre que son prácticamente idénticos, se hace pasar por el rey, se enamora, espadachines, rescates, heridas... Y cuando te quieres dar cuenta, se terminó el asunto.

Te quedas también con los secundarios, sobre todo el descarado canalla Rupert de Henzau. Tuvo su propio libro, que lleva su nombre.

El prisionero de Zenda fue un éxito desde el principio. Generaciones de jóvenes se han deleitado con sus páginas. Hasta dio lugar a un tipo de novela muy específico, el «romance ruritano», aventuras de capa y espada ambientadas en ficticios países de Centro Europa. Hasta en la novela romántica hay cosas de estas, incluso en contemporánea.

Me ha gustado reencontrarme con este clásico juvenil. Es verdad que ahora lo miro con otros ojos. Me maravilla el estilazo: esa economía de medios, la rapidez con la que se pasa de una cosa a otra, lo conciso de los diálogos y las descripciones, frases cortas... Para que entendáis lo que quiero decir, os pongo un párrafo así, abriendo al azar:

Por fin divisamos el pabellón. Espoleamos a los caballos en un último galope y llegamos a la puerta. Todo estaba tranquilo y en silencio. Nadie salió a recibirnos. Desmontamos a toda prisa. De pronto Sapt me agarró del brazo.

Me fijo también en las historias románticas y cómo tratan a la mujer. El enamoramiento Rudolf-Flavia es totalmente instalove. Obviamente, no supera el test de Bechdel ni por el forro, aunque en una de aventuras publicada en la época victoriana tiene su lógica. Por esas cosas ya no me mosqueo. Me llaman la atención, pero tampoco hago sangre. Prefiero disfrutar de lo que sí me gusta.

Esta edición tiene un prólogo de Pérez-Reverte, muy interesante. Menciona adaptaciones y derivados, centrándose sobre todo en las cinematográficas. A ver si un día de estos veo alguna de esas película, me apetece. 

Me pregunto si Pérez-Reverte sabe que existe un male / male romance inspirado en la novela, The henchmen of Zenda, que publicó KJ Charles en 2018, protagonizado por Jasper Detchard como oficial británico caído en desgracia y Rupert de Hentzau. Lo que no sé es cómo puede montar un final feliz, ya que en el libro de Anthony Hope Detchard muere. Me imagino que Pérez-Reverte no lo sepa, y me pregunto cual sería su reaccionar al saber que existe algo así, si le dejaría perplejo o le divertiría, si aborrecería la idea o si le entraría la curiosidad y la leería algo.

Actualmente se considera un libro juvenil, y sí, yo creo que lo puede disfrutar cualquier adolescente entre 12 y 15 años, más o menos. Pero nos lo pasamos pipa, también, los aventureros de corazón, sea cual sea su edad. Yo me incluyo entre ellos, modestamente.

Tengo que mirar a ver qué otros libros de aventuras han publicado en Zenda Aventuras o Edhasa-Zenda, ya que es un género que me gusta mucho.

domingo, 20 de febrero de 2022

#13 El barbero de Sevilla

 

Grand Opera de Florida (2015)



 


 

Il barbiere di Siviglia

 

Estreno: Roma, 20 de febrero de 1816

Compositor: Gioacchino Rossini

Libretista: C. Sterbini, basado en la obra teatral de Beaumarchais

Género: ópera bufa

 

Tal día como hoy, del año 1816, el año sin verano, se estrenó en el Teatro di Torre Argentina de Roma, esta ópera bufa que es una de las cumbres del género

Aunque no seas aficionado a la ópera, seguro que muchas piezas de esta obra te suenan, como la obertura o el «Largo al factótum».

Rossini fue un tipo genial, agradable, simpático y con talento de sobra, que supo hacerse rico con la ópera y llegó un momento en que se dedicó a vivir la vida.

Sus dos obras cumbres en el género de la ópera bufa fueron La cenicienta (La cenerentola, 1817), de la que ya he hablado aquí y este Barbero de Sevilla.

Por si alguien no sabe de qué va, le resumo la comedia. El conde de Almaviva está enamorado de Rosina, y ella de él, aunque no sabe que es aristócrata, sino que lo conoce con el nombre de Lindoro. Bartolo, guardián de Rosina, quiere casarse con ella por la dote y la tiene encerrada en casa con mil cerrojos.

Pero no hay ingenio como el de los enamorados (de ahí el primer título con el que se conoció la obra, Almaviva, ossia l’inutile precauzione). Consigue superar los obstáculos con engaños diversos, ingeniados por Fígaro, el antiguo criado del conde de Almaviva.

Es de esas óperas que merece la pena ver representada. Como Las bodas de Fígaro de Mozart, se basa en una obra teatral preexistente, de Beaumarchais. Por cierto que es uno de esos casos en los que el remake o «cover» es más representado que el original.

El tener una base teatral permite un ritmo y un sentido dramático que no siempre se logra en la ópera, un libreto de calidad. Así, disfrutas de la comedia de enredo casi tanto como de la música.

Claro, esto exige unos cantantes que no solo sepan cantar, y cantar bien en estilo belcantista, sino también que tengan vis cómica, algo que no está al alcance de todos.

Lo del «estilo belcantista» tiene su aquel. No sirven aquí los alardes de bravura en plan «mira qué vozarrón tengo». No, esto se interpreta más bien con agilidades vocales, a veces parecen como pajaritos, puntuando mucho los sonidos, con un fraseo ligero y ágil, rapidez, gracia y encanto. No todos lo tienen.

Suele decirse que Rossini es el eslabón entre el siglo XVIII y el XIX. La influencia de Mozart y Haydn (a Rossini le llegaron a apodar il tedeschino, el «alemanito») se nota sobre todo en la altura que alcanza en la parte orquestal, muy superior a la de los otros compositores italianos del XIX.

El barbero … no desmerece junto a Las bodas… de Mozart. Lo que más noto yo es el cambio de los personajes. Fígaro puede ser más o menos el mismo tipo ingenioso, aquí al servicio del Conde, en la obra de Mozart luchando contra él a ver si consigue su final feliz. Resulta más difícil asumir el deterioro de la pareja Almaviva-Rosina por el paso del tiempo. Que estos enamorados acaben compartiendo un matrimonio infeliz en el que se ponen los cuernos.

Esta ópera, como muchas otras, las compuso Rossini rapidito, reutilizando cosas de otras obras suyas. Parece mentira, pero la primera representación fue un fracaso, pero ya la segunda, un éxito. Fue de las primeras en representarse en los EE. UU., por ejemplo, tan pronto como en el año 1825. 

¿Qué números destacan? La obertura, desde luego; la cavatina «Largo al factótum» que canta Fígaro prácticamente al principio; la cavatina «Una voce poco fa» con la cabaletta «Io sono docile» que sirve de presentación a Rosina, diciendo algo parecido a aquello de cuando soy buena, soy muy buena, pero si me buscas las cosquillas, me encuentras; y también «La calunnia è un venticello» que canta Basilio, el maestro de música.

Una obra tan famosa tiene infinidad de grabaciones. Depende un poco de qué tipo de Rosina o de Fígaro quiera uno, porque aquí evidentemente la parte del león se la llevan la mezzo y el barítono. Si tuviera que elegir una de las mejores, sería la de Alceo Galliera de 1957, con el coro y la orquesta Philharmonia, para la EMI. Eran sus intérpretes Tito Gobbi (Fígaro), Luigi Alva (Il Conte Almaviva), Maria Callas (Rosina), Fritz Ollendorf (Dr. Bartolo), Nicola Zaccaria (Don Basilio), Gabriella Carturan (Berta) y Mario Carlin (Fiorello).

 Ahora, con todo lo que me gusta la Callas, admito que muchas veces me parece que está cabreada con el mundo, le echa más drama que chispa. Si te apetece una Rosina con más salero y elegancia, y una tesitura más ajustada, yo escogería a Teresa Berganza, en la grabación de Claudio Abbado del año 1971, con el coro de ópera Ambrosian Singers y la orquesta sinfónica de Londres, para Deutsche Grammophon. Además de la Berganza, los personajes principales los interepretaron Hermann Prey (Fígaro), y de nuevo Luigi Alva como Almaviva (fue el máximo intérprete de este papel durante décadas, es obvio).

Para saber más, la Wikipedia. El libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol

Aquí tenéis una representación con subtítulos en español del canal del INBAL mejicano, con la orquesta y el coro del Teatro de Bellas Artes. ¡Gracias por compartir!

 

¡Ah, sí, bueno, una cosa…! Mira, como Las bodas de Fígaro, se supone que se desarrolla en Sevilla. Obvio, de ahí el título. Pero vamos, podéis olvidar cualquier toque local, en la música.

Claro, Ramón Gener le dedicó uno de los episodios de This is Opera! El os puede explicar mucho mejor que yo las cosas fabulosas de esta ópera. La recomienda con frases así...

Para todos los que os gusta vivir, y vivir bien, reír y hacer reír,... que en esta vida lo más importante es el sentido del humor, esta es vuestra ópera... La ópera más alegre y divertida, es una mezcla entre vodevil y comedia musical... es una de las óperas más representadas en el mundo entero,... Rossini puso en todas sus óperas cómicas su espíritu jovial, alegre y divertido pero sus óperas fueron un éxito no por ese espíritu sino sobre todo por su música.

jueves, 10 de febrero de 2022

#28 Los cuentos de Hoffmann

 

jjsala, ensayo en Houston (2010) 


 

Les contes d’Hoffmann

 

 

Estreno: París, 10 de febrero de 1881

 

Compositor: Jacques Offenbach

 

Libretista: J. Barbier y M. Carré, basado en cuentos de E.T.A. Hoffmann (Der Sandmann, Geschichte von verlorenen Spiegelbilde y Rat Krespel)

 

Género: ópera fantástica

 

Tal día como hoy, del año 1881, se estrenó en el teatro de la Opéra-Comique de París, esta ópera que es la obra más representada de Offenbach

Offenbach es compositor de operetas que son populares, ligeras, con todo el encanto y la fantasía propias de la música galante francesa. Es el compositor que más fácilmente podemos identificar con el Segundo Imperio Francés.

Luego vino la guerra franco-prusiana, y otro ambiente, ya menos adecuado a sus ligerezas. De ser un héroe, popular y condecorado, Offenbach pasó a ser visto como un extranjero. El antisemitismo de la época tuvo bastante que ver también. Esta ópera la dejó sin terminar, y fue estrenada póstumamente.

En ella se nota su magia, pero hay un fondo de amargura que contrasta con la ligereza romántica de sus operetas. Aquí el amor es algo imposible, una fantasía que solo sirve para sufrir y desencantarse, una y otra vez.

Empieza con el poeta protagonista en una taberna, contando sus amores frustrados. Ese es el prólogo. Luego hay tres actos, cada uno de los cuales cuenta una historia de amor con un objeto de los amores de Hoffmann y un enemigo que contribuye a sus fracasos.

El orden de las historias cambia de una representación a otra. Pero, generalmente, se entiende que empieza con Olympia, en Núremberg, la muñeca mecánica de la que Hoffmann se enamora sin saber que es una autómata. Luego está la cantante enferma de Múnich, que si sigue cantando acabará agotándose y muriendo. Cosa que ocurre, pese a los esfuerzos de su familia, quien acaba culpando a Hoffmann. Y acaba en Venecia, con una mujer ladina que lo engaña para que el diablo se haga con su imagen. El epílogo regresa a la taberna de Núremberg.

Es de esas óperas que merece la pena ver representada, por los desafíos dramáticos que plantea, con los cambios de escenario y tono, y también su complejidad interpretativa, pues los mismos cantantes pueden desempeñar diferentes personajes.

Es compleja, pero eso mismo invita a puestas en escena creativas y maravillosas.

De toda esta ópera es muy conocida la barcarola, pero tiene unos cuantos números más inolvidables, melodías que nos envuelven, atmósferas de cuento de hadas que nos llevan a otro mundo, con esos cuentos que eran terribles y adoctrinadores antes de que les echara mano Disney.

Como grabación recomendada de esta ópera, escojo la que dirigió Richard Bonynge en 1971, con el coro y la orquesta de la Radio Suisse Romande para DECCA. Son sus intérpretes principales Plácido Domingo (Hoffmann), Joan Sutherland (Olympia/Giulietta/Antonia), Gabriel Bacquier (Coppélius/Dapertutto/Miracle), Huguette Tourangeau (Nicklaus) y Hugues Cuénod (Frantz).

Para saber más, la Wikipedia. El libreto, en español e francés, así como discografía de referencia, en Kareol

Aquí tenéis una representación en el Colón de Buenos Aires, con Ramón Vargas. Gracias por la generosidad de colgar estas cosas en la red.


 

miércoles, 2 de febrero de 2022

#97 Luisa

 



A la derecha, póster de Georges-Antoine Rochegrosse (1859-1938) para el estreno de Louise en el Théâtre national de l'Opéra-Comique

Dominio público, via Wikimedia Commons

 


 

Louise

 

Estreno: París, 2 de febrero de 1900

Compositor: Gustave Charpentier

Libretista: el propio compositor; ¿Saint-Pol-Roux?

Género: novela musical

 

Tal día como hoy, del año 1900, se estrenó en el Théâtre national de l'Opéra-Comique de París, esta ópera que es la única obra recordada de Charpentier

 

Hay compositores que son de una sola obra, porque el resto de su producción ha caído en el olvido. En el caso de Charpentier, es esta obra.

La muchacha que le da título es una modistilla seducida por un poeta, Julien, y la vida parisina. Sus padres intentan, incluso con engaños, que se quede con ellos, pero al final Louise quiere la libertad, vivir y amar a su bola.

Se ambienta en un entorno de trabajadores, por lo que a veces se entiende que transmite un poco la idea de un socialismo algo ingenuo.

El estilo mezcla un poco varias cosas. Se ven huellas de los compositores clásicos franceses como Berlioz o Massenet, maestro del compositor. También hay quien encuentra ecos wagnerianos o influencia del verismo italiano, hasta el punto de considerarla como ejemplo del verismo francés.

A mí la trama me resulta simpática, pero reconozco que cuando la he visto (en pantalla, nunca en el escenario) se me hacía un poco larga y acababa por aburrirme. Tal vez porque se centra, creo yo, no tanto en la emancipación de esta mujer que solo quiere ser independiente, ni en sus amores con Julien, sino París y su paisanaje. Por eso es una de las óperas con más cantantes solistas, porque es muy coral.

Aunque hubo quien se incomodó algo por el tema este de una mujer tan libre y deseosa de amar a su manera, tuvo un éxito prácticamente inmediato, y se representó muchísimo. La vida de Charpentier fue larga y vivió de rentas, porque no dejó de representarse. Llegó a ver la representación número mil en los años cincuenta.

Desde luego, el número que más se recuerda de esta ópera es «Depuis le jour», que canta la protagonista y que suele aparecer en recitales de sopranos.

Como grabación recomendada de esta ópera, escojo la que dirigió Prêtre en 1976, con la orquesta New Philharmonia y el coro de la Ópera Ambrosiano para CBS Sony. Son sus intérpretes principales Ileana Cotrubas (Louise) y Plácido Domingo (Julien).

Para saber más, la Wikipedia. El libreto, en español e francés, así como discografía de referencia, en Kareol

Aquí tenéis una representación de 2003, interpretada por la Orquesta y Coro de la Ópera Nacional de París, con Mireille Delunsch, Jane Henschel, José Van Dam y Paul Groves.