Estuve
viendo el funeral de uno de los pocos combatientes de la Segunda Guerra Mundial
que aún quedaban vivos.
Nadie como los ingleses para dotar estas cosas de solemnidad, y una música preciosa. Admirable contención, con elegancia castrense.
Una
vida privilegiada, sí, pero teniendo que cumplir con su deber. Un compromiso
honorable con una institución más perdurable que uno mismo. Algo que no es fácil y es obvio que no sirve
cualquiera; de hecho, son muy pocos los que saben estar a la altura de las exigencias del cargo.
Para
los que no sepan el sentido del blasón, explico los cuarteles: Dinamarca,
Grecia, Battenberg (traducido al inglés como Mountbatten) y castillo de Edimburgo.
STTL, HRH
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