Mozart,
la Sinfonía n.º 29, K 201/K186 a, de 1774, una de sus primeras obras maestras,
alegre y fluida… Te imaginas a la gente del Antiguo Régimen, con aquellos
pelucones, disfrutando de la velada, mientras suenas esas espléndidas trompas
que le dan vidilla al asunto.
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