Hoy, tirada en el sofá, me he dado el lujo que volver a ver algo de los noventa que me encantaba. Es
muy kitsch, un pastiche muy intencional y lleno de brilli-brilli.
The sorceress, un entretenimiento que hizo Kiri Te Kanawa con Christopher Hogwood allá por 1993 Con música y arias de Händel, cantadas por mi neozelandesa favorita, se monta una historia muy básica de amores, magia y desamores. Alcina ama a Ruggiero, este cae bajo su embrujo, pero Bradamante se lo quita recurriendo a la magia, y al final, bueno, final feliz.
Ella canta estupenda, y él luce palmito. Con bailes muy en plan ancient régime pero vestidos los bailarines como en un video clip de glam-rock.
Cómo me gusta Kiri Te Kanawa, qué mujer más encantadora y qué voz tan preciosa.
Agotadísima por el trabajo. Cuando tengo un momento libre, solo me queda tiempo para pasear y leer romántica, que es lo mejor cuando el cerebro simplemente ya no puede más. Pero siempre con su poquito, o su muchito, de música...
No hay comentarios:
Publicar un comentario