Por Maestro de la Escuela de Reichenau [Dominio público], vía Wikimedia Commons |
Ubicación: Biblioteca Estatal de Baviera
Fecha: 984-991
Estilo: Arte otoniano
Un ejemplo del libro ilustrado
otoniano
Dentro del arte prerrománico, a los
carolingios les sucedieron, en el centro de Europa, los otonianos, la dinastía sajonia
o salía. Más o menos siguieron con los mismos modelos que en la época
carolingia, si bien con un poco más de influencia bizantina.
Los
Evangeliarios, o sea, libros de evangelios, eran objetos preciosos encargados
por los nobles o, como en este caso, por el propio emperador Otón III. Eran realizados en monasterios
y abadías específicos, de las cuales toman su nombre las escuelas. En este
caso, se hizo en la abadía de Reichenau,
una isla en el lago de Constanza, actualmente en Alemania. Hasta se conoce el
nombre de su autor, Liutardo.
Se
pintaban miniaturas preciosas, tanto imágenes como letras, por ejemplo. Y como
objetos de lujo, se cubrían con tapas de marfil, o madera con piedras
preciosas, plata u oro repujados. En este caso, la cubierta tiene decenas de
piedras preciosas incrustadas y, en el centro, una talla de marfil.
Pasó
del Tesoro de la catedral de Bamberg a la Biblioteca estatal de Baviera en
el siglo XIX. Junto con otras obras de la Escuela de la Abadía de Reichenau, en
el año 2003 el manuscrito fue incluido en una de esas listas de la Unesco que tanto me gustan, en este
caso, la Memoria del mundo.
Para
saber algo más, se puede ver el artículo en la Wikipedia.
Aquí,
en la Biblioteca Digital Mundial, está incluida esta obra.
Una
imagen detallada de la lujosa tapa, en Arte Historia.
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