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Booket, septiembre de 2012
© Editorial Planeta,
S.A. 1977, 2012
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Lord of the Rings
Autor: J. R. R. Tolkien
Año: 1954, 1955
Género: Novela
Edad: juvenil
¿Por qué cualquiera,
incluidos los letraheridos, deberían leer esta trilogía?
Porque es muy
buena, sencillamente.
El señor de los anillos, como sus
predecesoras hasta la fecha en esta particular lista infanto-juvenil podría haberla
incluido, con igual derecho, entre las cien mejores novelas y entre las cien
obras maestras de la literatura universal. Es, de hecho, la última obra que
merecería esas tres distinciones. Y es reseñable que haya logrado esto siendo una
novela de género, en concreto de la fantasía épica, y no ficción literaria.
Pero la presento como
séptima en esta lista de clásicos de la literatura infantil y juvenil.
Me parece difícil
que haya alguien por ahí que todavía no conozca esta trilogía, si tenemos en
cuenta en los millones de lectores de los libros (más de 150 millones de copias
vendidas) y espectadores de las películas (2,9 millones de entradas vendidas).
Por si hay algún
despistado, lo resumiré con la ayuda de la wikipedia. El título
de la novela se refiere al principal antagonista de la historia, el Señor Oscuro
Sauron, que en una época anterior creó el Anillo Único para gobernar los
Anillos de Poder como el arma definitiva en su campaña para conquistar toda la
Tierra Media.
La historia
comienza apaciblemente en la Comarca, tierra de los hobbits, pero luego recorre
la Tierra Media, de mano de sus personajes principales: cuatro hobbits (Frodo Bolsón,
Sansagaz, Merry y Pipin), dos hombres (Aragorn y Boromir), el enano Gimli, el
elfo Legolas y el mago Gandalf. El argumento principal es el viaje hacia la destrucción
del Anillo Único que ha llegado a manos de Frodo. Pero, paralela a esta
historia, al viaje de Frodo, se desarrolla la guerra del señor oscuro, una
lucha épica entre el Bien y el Mal.
Por razones de
economía, El señor de los anillos se
publicó en tres volúmenes a lo largo de un año, desde el 29 de julio de 1954 hasta
el 20 de octubre de 1955: La Comunidad del
anillo, Las dos torres y El retorno del
rey. Cada uno de ellos se divide en dos libros, con una serie de apéndices
al final.
Desde el punto de
vista formal, es un prodigio de world-building,
quizá el más acabado de la historia de la Literatura. Tolkien puso en pie todo
un mundo, con su geografía y su historia, sus diferentes razas, su literatura y
sus armas, sus construcciones y su ideología. Hasta le dio por inventarse idiomas. Sus fuentes son muy obvias, la épica nórdica medieval (a poca poesía
anglosajona que hayas leído, lo ves claro, basta pensar en el Beowulfo), pero sabe ir más allá de las fuentes antiguas y recrear un mundo nuevo, diferente, mitológico, con una gran coherencia interna.
Leo en la
wikipedia que también fue una exploración de los intereses del autor en la religión,
particularmente el catolicismo romano, aunque he de reconocer que yo esa parte
no la veo demasiado, salvo en el permanente sentimiento de culpa de Frodo cuando
realmente él no ha hecho nada de lo que avergonzarse. Pero bueno, esto lo saben
mejor quienes estudian la obra, yo sólo cuento lo que me parece a mí como
lectora.
Y en este
sentido, me gustaría señalar que estas novelas se pueden leer como mero
entretenimiento, como pura aventura, y resultan muy entretenidas, sin necesidad
de más. Por eso es tan apta para un público juvenil.
Ciertamente, admite
lecturas más profundas. Por un lado, respecto a la época histórica que le tocó
vivir. Al parecer, Tolkien bebió de sus experiencias en la Primera Guerra
Mundial, sin embargo a mí este mundo tan sombrío me recuerda más al inmediato
antecedente de la Segunda Guerra Mundial. Es fácil comprender lo que debían
sentir en el Reino Unido ante la visión de Hitler expandiéndose por toda Europa
con muy poquita resistencia: sólo hay que ver cómo te describen a un Sauron de
poder prácticamente omnímodo lanzando a sus crueles ejércitos, incluidos los siniestros
orcos de Mordor, contra toda la Tierra Media.
Y si rascas más,
ves una clara lucha del Bien contra el Mal, en el que no caben dudas ni medias
tintas ni debilidades. Aquí no hay personajes grises o ambiguos, ni comprensión
o explicación o tolerancia hacia el otro. Los que son débiles, atraídos por el
Anillo o el poder de Sauron, acaban pereciendo. Es el castigo: ante el mal
absoluto, cualquier duda es un crimen. Algunas de las críticas que se le ha
hecho a la novela van por ahí, su maniqueísmo y ciertos aspectos que te pueden
hacer pensar en una ideología fascista o racista subyacente. Sin embargo, no es ese el "pero" que yo le pondría a la trilogía: para mi su principal defecto es la escasa relevancia de los personajes femeninos, simples presencias bellas o inspiradoras. Pero, por lo demás, prefiero ver el sentido de la historia de otra forma. Aunque la inmensa mayoría de las veces las cosas
tienen su porqué y el ser humano vive en el gris permanente, también es cierto
que no todo vale ni todo es relativo. Porque algunas veces, el mal absoluto existe.
Hay situaciones tan terribles, tan crueles, tan inhumanas, que todos los seres
humanos tienen la obligación de resistir a la tentación, ser fuertes, leales y
heroicos.
Esta novela,
simplemente, personifica o te da el modelo de ser esforzado incluso cuando
todas las apuestas están en contra. Haz lo que debes.
En resumen, una
obra imprescindible en cualquier biblioteca, y no sólo entre los jóvenes a los
que se supone que va destinada.