sábado, 18 de febrero de 2017

#13 Pequeña serenata nocturna


Dora Stock: Retrato de Wolfgang Amadeus Mozart
Dibujo a Silberstiftzeichnung (1789)
Actualmente en el Mozarteum, Salzburgo
[Dominio público], via Wikimedia Commons



Eine kleine Nachtmusik, K.525




Compositor: Wolfgang Amadeus Mozart
Fecha de composición: 10 de agosto de 1787, Viena


En ninguna discoteca de música clásica puede faltar esta Serenata (n.º 13) para cuerda “Eine kleine Nactmusik” o “Pequeña serenata nocturna”.

31 años tenía Mozart cuando compuso esta deliciosa serenata. Todo el encanto del clasicismo, con sus ecos rococó, se despliega en esta música feliz y luminosa.
De esas que te ponen de buen humor, vaya.

¿Para qué componía Mozart esta música tan ligerita? Pues era una agradable música de fondo para los entretenimientos aristocráticos, la musiquilla que tocaban mientras ellos se dedicaban a bailar o a jugar a las cartas o estar en amable conversación. Vaya lujazo, diréis, tener a Mozart de banda sonora particular. Y yo os digo: “Sí, pero no”. Lo que antes sólo gozaban los privilegiados y con músicos que no siempre eran de los mejores ahora lo podemos disfrutar todos, y en interpretaciones de los mejores profesionales del mundo, y no como ellos, que se tenían que conformar con los que tuvieran asalariados.

Eso nos llevaría a preguntarnos por qué en pleno siglo XXI, cuando se ha democratizado el acceso al arte, la mayoría de la gente prefiere sin embargo seguir embruteciéndose con productos culturales basura. No te digo que estés siempre en plan sublime pero una vida en la que no se haya dedicado ni un minuto a lo mejor de la creación humana no deja de ser un desperdicio. Eso, me temo, es harina de otro costal.
 
Leo en Mozart. Repertorio completo de A. Poggi y E. Vallora (Cátedra / Clásica, 1994) que fue compuesta paralelamente al II acto de Don Giovanni, y que tiene un singular destino:


Por un lado, la inmensa popularidad que la ha acompañado en su vida adulta (hasta el punto de convertirse quizá en la composición más interpretada y conocida de toda la obra mozartiana) y, por el otro la oscuridad existente en torno a su destino y nacimiento.


Y más tarde:


Los cuatro tiempos de esta “Nachtmusik” se nos antojan, así, como la sublimación –a través de la forma más tersa y sucinta posible- de los momentos rituales de la serenata: así, la poética y acuñadora romanza, el robusto y vital minué, el delicadísimo trío y el final ahora sin peso, se elevan a símbolo histórico de una serenata situada más allá del tiempo y el espacio.


Vale, suena muy técnico y complejo. Olvidaos de eso, simplemente ponéosla y disfrutad de una música fácil y alegre, el mejor antídoto contra la tristeza.

Como curiosidad, la romanza sale en la película Alien, es tan agradable, tan tranquilo, que resulta perfecto como contraste dramático para una peli tan de sobresaltos.

Para saber más, como (casi) siempre, la wikipedia. En You Tube he encontrado esta interpretación del siempre competente Karl Bohm con la Filarmónica de Viena.





No tengo una opinión formada sobre cuál puede ser la mejor interpretación para recomendar. Hay tantísimas grabaciones, que no encuentro una clara favorita. Por ejemplo, mis libros de referencia sobre discografía clásica no coinciden en una sola de las grabaciones. Cuando tengo dudas sobre qué versión de una obra de Mozart escoger, me tiro a una de un director austríaco, que siempre es una opción sólida y saben conservar el encanto de la pieza, cosa que los alemanes o los ingleses, sin ir más lejos, no siempre consiguen.

Así que recomendaré la de Willi Boskovsky para la Decca, con el Conjunto Mozart de Viena (Vienna Mozart Ensemble), que además empareja esta obra con la Serenata K. 320.

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