© Achim Raschka (2015)
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Ubicación:
Roma, Italia
Fecha: s. I
(70-80)
Estilo:
Arte romano
Simplemente impresionante. ¡Eh, que he estado hace poco!
Los
romanos eran unos arquitectos e ingenieros espléndidos. Nos dejaron un montón de
edificios por todo el Mediterráneo que han llegado hasta nuestros días, de lo
sólidos que eran y lo bien hechos que estaban.
Una
novedad romana en la arquitectura fue el anfiteatro,
como este de Roma, que es el Coliseo de Vespasiano. A veces la gente se
confunde y lo llama “circo”, pero no, es un anfiteatro. Es fácil de recordar si
uno se imagina cómo se creó este tipo de edificio.
Al
principio los teatros (ya se sabe, en
forma de semicírculo) en Roma eran móviles. Desconfiaban de este invento griego, pero iban a él como todo el mundo. Bueno, pues como iba mucha gente, y los romanos eran ante todo
gente práctica, a uno se le ocurrió la idea de coger dos teatros y ponerlos uno
al lado del otro y luego, hábilmente, giraron hasta formar un círculo. Una
puede imaginarse los “¡oh!” y “¡ah!” del público. Así nació el anfiteatro: “dos
teatros”, para meter al doble de gente. El circo es distinto, es una
construcción alargada donde se celebraban carreras. Es fácil de recordar: la
plaza Navona, alargada, con la iglesia de Santa Inés de Borromini y las fuentes
de Bernini, era un Circus. El
Coliseo, un Amphitheatrum.
Servía
para juegos y luchas de animales, de gladiadores o circenses, naumaquias, recreaciones de batallas...
La planta suele ser más bien ovalada. Bajo la arena solía haber corredores y
dependencias al servicio del espectáculo; por ejemplo, allí se guardaban las
fieras. Alrededor de la arena, se disponían las gradas o cávea.
Este de
Roma se le llama Amphitheatrum Flavium
Romae, pero más que como anfiteatro Flavio, se le conoce desde hace siglos
como Coliseo, quizá por una enorme
estatua de bronce que había a su entrada, representando a Nerón, o puede que
por sus propias dimensiones “colosales” (literalmente). Su construcción la
empezó Vespasiano, pero al final fue inaugurado por su hijo, en el año 80. Era
el anfiteatro más grande jamás construido en el Imperio romano. Su inauguración
duró cien días, o sea, ¡cien días de marcha, marcha, aliñado por un montón de
sangre y muerte en juegos continuados! ¿Os imagináis? Vaya borrachera.
Y es,
simplemente, apabullante. Qué pena tener que visitarlo rodeado por miles de
personas, porque así es difícil abstraerse y poder disfrutar de su grandeza,
pero es que es la mayor atracción turística de Roma. Las cifras son
impresionantes: los ejes de su planta elíptica son 188 x 156 metros. Podían
reunirse más de 50.000 espectadores, más que muchos estadios de fútbol actuales.
Como novedad, en su fachada exterior se combinan los distintos órdenes
arquitectónicos, uno por cada planta, que son, de abajo arriba: dórico, jónico y corintio.
Qué pena
que en la Edad Media y el Renacimiento lo usaran de cantera, llevándose las
piedras para construir palacios e iglesias.
El
Coliseo es, desde 1980, un lugar Patrimonio de la Humanidad. La Unesco describe así
el lugar llamado “Centro Histórico de Roma, los bienes de la Santa Sede
beneficiarios del derecho de extraterritorialidad situados en la ciudad y San
Pablo Extramuros”:
Fundada por Rómulo y Remo en el año 753 a.C. según reza la leyenda, Roma fue en un principio la capital de la República y el Imperio romanos y, a partir del siglo IV, la del orbe cristiano. El sitio del Patrimonio Mundial, ampliado en 1990 hasta las murallas de Urbano VIII, comprende algunos de los principales monumentos de la Antigüedad como los foros, los mausoleos de Augusto y Adriano, las columnas de Trajano y Marco Aurelio y el Panteón, y también los edificios públicos y religiosos de la Roma papal.
Para saber
un poco más del Coliseo, como siempre, tenemos la wikipedia, con varios enalces externos muy interesantes. Un consejo
que te dará todo el que vaya a Roma, y yo lo repito, es que compres por
internet las entradas, así te ahorrarás bastante tiempo de cola. Yo creo que al
final adquirí mis entradas para el Foro y el Coliseo en www.coopculture.it.
El País le dedicó un artículo este mismo 2016, tras la restauración que ha durado tres años.
También resulta de interés leer el artículo “Roma”
de Arqueomas, página web dedicada a la arqueología en la península Ibérica y el
Mediterráneo; o la de Viator Imperi.
Desde un
punto de vista más técnico, aquí, el Departamento de Construcción Arquitectónica, Escuela de
Arquitectura, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, nos habla del
Anfiteatro, y recuerdan que
“El anfiteatro es, quizás, el edificio más propio de la construcción romana, pues ni siquiera los espectáculos taurinos de la etapa minoica pueden tenerse como precedente de esta construcción”.
En fin, tampoco puede faltar la ficha en ArteHistoria.
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