Jim ve un hombre
muerto (1885)
Por Mark Twain (1835-1910)
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via Wikimedia
Commons
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Adventures of Huckleberry Finn
Autor: Mark Twain
Año: 1885
Género: Novela
Edad: juvenil
Las aventuras de Huckleberry Finn, como sus predecesoras
hasta la fecha en esta particular lista infanto-juvenil podría haberla
incluido, con igual derecho, entre las cien mejores novelas y entre las cien
obras maestras de la literatura universal.
Pero la presento como
cuarta en esta lista de clásicos de la literatura infantil y juvenil, en la que
he empezado por poner los grandes clásicos que, además son aptos para niños o
adolescentes.
La última vez en
esta categoría, hablé de las oníricas aventuras de una niña inglesa, Alicia.
Veinte años de publicarse aquel libro, vio la luz éste sobre las peripecias
(nada surrealistas, sino crudamente realistas) de un niño sureño maltratado por
la vida. Lo puedes leer como las simples aventuras de un jovencito a lo largo
del Misisipí, en compañía de Jim, que busca la libertad en un estado no
esclavista.
Pero es bastante
más que la peripecia. La verdad es que para mí acaba siendo un auténtico
descenso en las tinieblas. Alrededor de ellos crece la mentira, la crueldad, el
racismo, el engaño y la violencia.
Huck puede hablar
de ello con desparpajo y naturalidad, pero es un niño maltratado por su padre
alcohólico. Tiene que huir para salvar la vida, y su camino se cruza con el de
Jim, un esclavo fugitivo.
Pero si sigues
desenrollando la madeja y te vas al estilo, el vocabulario, el lenguaje y su
uso, te das cuenta de que también es un clásico por ese saber hacer, poder
reflejar todo un mundo simbólico, su habla, sus imágenes, conservados por
siempre entre las gloriosas palabras de un libro. He leído que es la primera
gran novela americana y aunque estas cosas siempre son discutibles, lo que no cabe duda es que es una de las grandes novelas que ha dado ese país, sacando lo mejor (y lo peor) de sí mismo. Todo en ella es estadounidense, no hay en ella nada de los resabios europeizantes de otros novelistas de esa procedencia. En Twain todo es extraño, grande, salvaje, potente, vitalmente americano: el fondo, la forma,
los personajes, el tema y la lengua, ¡ah, sí, esa forma tan hábil de reflejar
el habla particular de cada personaje! Que no todos los novelistas saben
hacerlo tan bien.
Lo que siempre
digo, que el arte no es sólo expresar algo sino sobre todo cómo lo expresas,
hasta el punto de que lo expresado sea una inanidad. Cuando, como es el caso,
no es algo intrascendente, sino todo un mundo, entonces te salen obras
maravillosas como esta.
Es un libro,
pues, que como es habitual en la ficción literaria, puedes leer a diferentes
niveles. De cualquier manera, no creo que sea para niños, sino más bien
adolescentes a partir de 12 años.