Tomado de Film Affinity |
Das
Leben der Anderen
Año: 2006
País: Alemania
Dirección: Florian Henckel von Donnersmarck
Música: Gabriel
Yared, Stéphane Moucha
A ver si recupero esta buena costumbre de dedicar el domingo a hablar de cine
Empiezo con una que refleja
la vida cotidiana en un Estado totalitario
Imprescindible
Una película aparentemente fría, con
interpretaciones contenidas, todo miradas. Un formato muy coherente con la historia
que te cuentan, ambientada en la Alemania del Este, en el año 1984, cuando no
podías decir lo que pensabas, ni confiar en nadie. Cualquiera era confidente de
la Stasi, la policía secreta del régimen comunista que tenía expedientes
prácticamente sobre todos los ciudadanos del país.
La Stasi decide investigar a Georg Dreyman, un escritor,
y su pareja, Christa-Maria, una actriz de éxito. Ninguno de los dos se han
significado políticamente, parecen adeptos al régimen. Pero el ministro
se encapricha de la actriz y quiere que la Stasi encuentre algo del escritor.
Ponen a ello a HGW, el capitán Gerd Wiesler, un tipo callado, muy bueno en lo
suyo, investigar, interrogar.
Por un lado ves la vida cotidiana del escritor y
la actriz y, por otro, la vigilancia de la Stasi. No voy a entrar en detalle,
pero la impresión general es de ahogo, de asfixia, porque se controla todo, lo
que haces y lo que piensas. No se puede hablar, casi no se puede ni pensar, en
algo que no sea ortodoxo. Y el Estado comunista, como buen totalitario, tiene
normas para todo. El que tiene el poder, el partido, puede obligarte a hacer lo que ellos quieren, o impedirte hacer lo que tú deseas.
La opresión es esto. El comunismo es esto, el socialismo es esto.
Tienes que ser complaciente, en todos los sentidos, con los funcionarios del partido. Es muy fácil tener a la
gente amedrentada y que no hable, que no se queje, porque en cualquier momento
puedes perder el trabajo, tú o los tuyos, o tus hijos que los echen de la
universidad, o te detienen… Muchas veces no hace falta ni siquiera usar la
violencia. Las amenazas bastan, cuando todo el poder lo tiene el estado y tú
solo eres un súbdito, nunca un ciudadano.
Parece contado con frialdad, con
distanciamiento, pero desde luego eso no deja impávido al espectador. Al
contrario, conmueve hasta el punto de que, si eres como yo, acabas mojando la
pestaña, de forma inevitable. Porque la gente es, simplemente, humana, y hace
falta mucho coraje para apartarse de lo que el estado te exige. Por eso
valientes son pocos y la mayor parte se calla, acata, mira para otro lado. Y
también no ser suicida, sino listo, saber ganar al sistema con sus propias
normas.
Es cruel ver cómo en aquella sociedad en teoría igualitaria, no lo eran en absoluto. El poder lo solían detentar hombres. Y abusaban de él, en relación a las mujeres, como podéis imaginaros.
Es una de esas obras esenciales para comprender las cosas que han pasado en Europa, para que tengamos claro qué cosas no deberíamos repetir. Me paree atroz que, por algo que pienses o digas o escribas, puedas perder tu trabajo, o incluso te detengan. Por eso hay que mirar muy mucho cómo se regulan estas cosas en nuestras
democracias. Si queremos seguir siendo una democracia liberal que cree en la
libertad de pensamiento y de expresión, los delitos
de opinión deberían, o no existir, o sancionarse sólo en casos
extremos.
¡Qué película tan buena, tan
conmovedora! Es de las que te impacta y
recuerdas tiempo después de haberla visto. Y siempre te quedarás con la mirada
fija, de Ulrich Mühe, que interpreta al capitán Gerd Wiesler, esos ojos
difíciles de leer, esa expresión aparentemente neutra, para no traicionarse
jamás.
Ganó unos cuantos premios, entre
otros, el Óscar a la mejor película internacional, el BAFTA a la mejor película
en habla no inglesa, el mejor film extranjero en los Premios César, mejor
película extranjera en los Independent Spirit Awards, los premios del Círculo
de Críticos de Nueva York y para la Asociación de Críticos de Los Ángeles. En
los Premios del Cine Europeo fue considerada la mejor película, el mejor actor
(Ulrich Mühe), mejor guion (Florian Henckel von Donnersmarck). Por supuesto, en
los Premios del Cine Alemán del año 2006 ganó en unas cuantas categorías: película,
director, actor (de nuevo, el fantástico Ulrich Mühe), actor secundario (Ulrich
Tukur), guion, y diseño de producción (Silke Buhr).
Podéis leer más en la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.
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