Open: an autobiography
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Autores: Andre Agassi & J. R.
Moehringer
Año: 2009
Género: Autobiografía
Tema: Deportes
Todo jugador o aficionado al tenis debería leer esta
historia
Bueno, pues voy a
ver si retomo un poco este segundo blog mío. He dejado que el trabajo y otras
cosas me comieran la moral y el tiempo y ya está bien, que yo disfruto hablando
de las cosas que me gustan.
Una de ellas es
el tenis masculino. Empecé de jovencita, siguiendo a Ivan Lendl, y por
supuesto, Nadal es mi héroe. Lo que ocurre es que hace años no se veía tanto
por la tele. Ahora, gracias a la televisión digital, podemos ver prácticamente
todos los torneos ATP.
Esta biografía que escribió Agassi, usando como «negro» a un tipo bastante competente, como es Moehringer, se lee como una novela apasionante.
Tiene hasta su historia de amor
con final feliz, pues te cuenta cómo le gustaba Steffi desde que la conoció, solo
que ella era una chica seria, con novio, con una biografía muy diferente. Tardó años en tener una oportunidad con ella.
Para mí, estar con la mujer adecuada es la verdadera felicidad.
Recordaba yo a Agassi
era un tipo simpático, con mucho talento, que innovó el aspecto del tenista,
metiendo otro tipo de ropa, con esos pelazos de punta, esa sonrisa, el aspecto
un poco de chico malote, frente a otros «buenos» como Sampras. El tópico de un espectáculo de Las Vegas trasplantado a las pistas de tenis.
Aquí descubrí una
historia apasionante. Un chico de Las Vegas al que su padre le construye una
pista para estar todo el rato entrenando. Hijo de emigrantes, con esa imagen de
tipo totalmente americano que luego resulta mucho más cosmopolita. Lo dice en
un momento:
J. P. observa que las tres personas que más me han influido en la vida –mi padre, Gil y Stefanie– no tienen el inglés como lengua materna. Y con los tres, su froam de comunicación más poderosa puede ser física.
No le gusta el
tenis pero entrena sin parar, presionado por su padre. Acaba siendo ese chico de Las Vegas del que todo el
mundo habla.
Esta historia te hace ver que detrás de un gran deportista hay mucho trabajo, muchísimo, no nacen del aire. No hay más que escuchar a tito Toni para saber. Sufres viendo cómo este chaval tiene que dedicar tanto de sí mismo a algo que no le gusta.
Como te recorre su carrera, detallando incluso partidos concretos, vas viendo distintos momentos del tenis. He recordar que él empieza en la época de Lendl (H2H 6/2 a
favor del checo) y McEnroe (H2H 2/2).
Pasó por la fase
aquella de Sampras, que fue digamos su principal rival, con un H2H de 20/14 a favor de Sampras. Sus últimos años coinciden con el principio de Federer y Nadal.
Así, de Federer te
cuenta
Yo no puedo hacer otra cosa que dar un paso atrás y admirar sus inmensas dotes, con magnífica contención. Es el jugador más regio al que he visto jugar en mi vida...
Tengo la sensación de que es capaz de adaptarse a cualquier cosa, al vuelo...
Yo le digo a todo el que quiera oírme que ese hombre va camino de convertirse en el mejor jugador de todos los tiempos...
Federer sale a la pista con aspecto de Cary Grant. Casi me pregunto si va a jugar ataviado con esmoquin y pajarita...
En el tiebreak, se coloca en un lugar que yo no reconozco. Encuentra una velocidad que otros jugadores, sencillamente, no tienen...
Me acerco a la red, convencido de que he perdido contra el que ha sido mejor, contra el Everest de la siguiente generación. Me dan pena los jugadores jóvenes que tengan que competir contra él. Lo siento por el hombre que vaya a representar el papel de Agassi contra su Sampras...Casi todo el mundo tiene puntos débiles; Federer, no.
O de Nadal:
Voy a Montreal y me abro paso hasta la final, que juego contra un español jovencísimo del que habla todo el mundo: Rafael Nadal. No consigo derrotarlo. No consigo descifrarlo. Nunca había visto a nadie moverse así en una pista de tenis...
Nadal es una bestia, un fenómeno, una fuerza de la naturaleza, el jugador más fuerte y a la vez más grácil que he visto en mi vida... Después, Nadal me aniquila. El partido dura setenta minutos.
De Berdych comenta:
Cree que debe anotarse todos los puntos. Desconoce la importancia de dejar que sea el rival el que pierda.
Mete en sus memorias anécdotas de
esas que vistas en la distancia, resultan graciosas, como eso de jugar la final
de un Grand Slam con peluca. Claro, un tipo que tenía una imagen tan distintiva como él, frente a lo
anodinos que resultaban los demás, debió horrorizarse ante la alopecia.
Confirmas cosas que
ya sospechabas, como que Sampras era, efectivamente, un soso, o que Jimmy
Connors no era muy agradable al trato con sus colegas.
Por primera vez desde que lo conozco –incluidas las veces en que me dado palizas en la pista– envidio a Pete por ser tan soso. Ojalá pudiera emular su espectacular falta de inspiración y su peculiar falta de necesidad de inspiración.
Va siguiendo
partidos fundamentales en su historia, unos que gana y otros que pierde.
Resulta fascinante ver desde dentro cómo se suceden momentos de exaltación, que está en
zona y todo le sale bien, y otros en que empieza a dudar, a comerse el coco, a no salirle las cosas. Eso que vemos a veces que dicen los comentaristas que el jugador se ha ido mentalmente del partido.
Te ayuda a comprender mejor cómo es este deporte. Siempre me
ha parecido el deporte más solitario del mundo, con todos los ojos del mundo
fijos en ti, y él lo cuenta así:
En el tenis, estás en una isla. De todos los deportes que practican hombres y mujeres, el tenis es el más parecido a una reclusión en régimen de aislamiento que, inevitablemente, propicia la conversación con uno mismo.
O cómo es eso de
jugar las cosas a cinco sets:
He oído a veteranos decir que los quintos sets no tienen nada que ver con el tenis. Y es cierto. Los quintos sets tienen que ver con la emoción y con la condición física.
Que en la pista muchas veces hay picar piedra, ir punto a punto, aunque no salgan vistosos.
Por culpa de tu perfeccionismo, tu confianza se va al garete. Intentas que todas las pelotas que lanzas sean grandes puntos, cuando, en el noventa por ciento de los casos, con mantener el rumbo, mostrarte consistente y limitarte a lo básico, tendrías bastante para ganar...
No hace falta que seas el mejor jugador del mundo, joder. ¿Te acuerdas? Basta con que seas mejor que un solo tío. Y él no tiene ni un tiro que tú no tengas...
¿No os suena
actual? A mí me recordó mucho a Alcaraz, que parece que juega muchas veces buscando
el highlight, cuando bastaría simplemente que pasara la bola al
otro lado. No es el único, ¿eh? Hasta Medvedev a veces quiere hacerlo bonito.
Deja de pensar en ti y en tu propio juego, y ten en cuenta que ese tío que hay al otro lado de la valla tiene sus puntos débiles. Ataca esas debilidades...
Siempre he oído que gente como Djokovic o Nadal una de las cosas brillantes que tienen es que ganan el partido al otro lado de la pista. Sus cabezas serían ordenadores que van procesando cómo está jugando el otro, y saben cambiar y adaptarse. No se estresan, un set perdido es un set en el que han aprendido cómo está jugando ahora el otro.
De los chicos actuales,
no caigo en nadie que sea así, que claramente reaccione a lo que tiene
enfrente. Se fían más de la consistencia de su juego, de las cosas que mejor
les salen a ellos, más que las debilidades del otro.
Luego el entorno
del deportista profesional, como toda esa gente que tiene que ir contratando,
preparadores físicos, entrenadores,... o la presión de los medios, que si no
saben algo se lo inventan. Las chorradas no se inventaron en los tiempos del clickbait.
Alguna mentira nueva, servida en forma de análisis. Soy un punk. Soy un payaso. Soy un embaucador. Soy un golpe de suerte. Si ocupo una posición tan alta en el ranking es por culpa de una conspiración, de grupos de canales televisivos y de adolescentes...
Le cuento lo que se dice de mí, que he subido demasiado en el ranking, que nunca he derrotado a nadie bueno, que he tenido suerte.
Nada nuevo,
¿verdad? Cosas parecidas las puedes leer o escuchar una y otra vez. Hoy en día ves cosas así, referidas a la última estrellas del deporte, hoy Alcaraz, pero lo dirán también del siguiente wunderkid. Yo lo he oído decir hasta del golfista Jon Rahm, cuando estaba el número uno, aunque aún no había ganado el abierto de los EE. UU. Lo peor es que ahora, a ese «periodismo», se añaden las infinitas redes sociales.
Por eso digo que es
el típico libro que tendría que ser lectura obligatoria en las academias de
tenis. Los jóvenes tenistas, que tienen la ambición de vivir de esto, incluso
sueñan con ganar un Grand Slam o ser número uno, verán que no van a gustar a todos, que no importa lo que hagan o logren, siempre alguien irá en su contra y dirán que han
tenido suerte.
Yo he visto
críticas de todos los tenistas, que todos tienen suerte, que si unos brillan es porque el
resto son muy malos... Todavía hay gente que te dice que a Fulanito le tocó una época en que todos eran malísimos, que Menganito se dopa, que Zutanito que juega muy feo...
No sé muy bien cómo
se trabaja con un escritor «fantasma» de biografías, un artesano, si es una conversación fluida que el
otro ordena, si contrasta o no los datos, porque los recuerdos no son fiables. Me
imagino que ponga algo de orden a lo que el biografiado le cuenta, y usa técnicas como flashbacks. Sigue una narración lineal y
cronológica, pero a veces te va poniendo cosas que pasarán más adelante, para
picarte.
En cualquier caso, una historia muy recomendable dentro de lo que es un tipo de ensayo muy preciso, que son las memorias o autobiografías escritas mano a mano entre el personaje y un escritor comercial.
No es un producto con un valor literario, no pretende hacer nada especial con el lenguaje, sino simplemente contarte la historia de una persona. Puro comercio solo que... cuando se trata de personajes tan interesantes como Agassi, hablándote de un tema que te gusta, es apasionante. Y todos podemos aprender.
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