Título
original: Gone with the wind
Autor:
Margaret Mitchell
Fecha
de publicación: 1936
Esta
novela también podría estar en otra lista, la de las cien mejores novelas a
secas, pero prefiero colocarla aquí, en esta otra lista particular que se centra en el género de la novela histórica.
La leí por vez primera de adolescente. Parece increíble, pero sus mil
páginas me las zumbé en cuatro días. Al releerla ahora, he tardado un
poquito más, quince días. Pese a todo, compruebo que sigue siendo un libro
apasionante, con una tremenda capacidad de enganche.
Por si algún despistado no la ha leído ni ha
visto la película, te cuenta la historia de una mujer que vive en una plantación algodonera de Georgia, la guerra de secesión estadounidense le pasa por encima y logra sobrevivir.
Ese es
el marco histórico: un mundo esclavista, una guerra brutal (cómo se vivió, un fervor bastante fanático por la
Causa), y luego una dolorosa Reconstrucción.
A
veces te dejan caer que el verdadero problema era
evidentemente la secesión entre estados, si se tenía o no derecho a ello. Una
causa ridícula manejada por políticos torpes que arrastraron a toda una
sociedad a una de las primeras guerras industriales o sea, brutalmente sangrienta.
Tampoco es que profundice en ello.
Como nadie acude alegre a la escabechina por temas de Derecho Constitucional, hace
falta motivar a la gente con temas sentimentales que los fanaticen. En el Norte, fue la esclavitud lo que movilizó a la gente con libros como La cabaña del tío Tom; en el Sur, la
defensa idílica de su forma de vida, sus familias, el respeto a la mujer, la
galantería…
Aunque algo de eso aparece en la novela, no se profundiza en ello. Te lo cuenta
todo desde una perspectiva de una mujer blanca del sur de EE. UU. de los años
veinte y treinta, así que te lo filtra con un cristal muy rosado, idílico.
Ese es
el principal "pero" de la novela, para el lector actual. Yo he
notado la diferencia entre mi lectura en los años ochenta y la que he hecho
ahora.
El
racismo que transmite la novela en muchos momentos es, como mínimo y siendo
benévolos, incómodo, y más de una vez te cabrea. Ninguno de los personajes
principales, ni uno solo, se plantea ni por un momento que la esclavitud igual
es un poquito inmoral. Solo hay un momento en que Ashley dice que él habría
emancipado a los esclavos tras la muerte de su padre, pero no explica el
porqué. Y ya de la imagen caballerosa que da del Ku Klux Klan, ni hablo.
Pero
vamos, que si logras superar eso e irte a lo que es la historia en sí, está
narrada de una manera apasionante. Resulta muy efectivo contarte un conflicto bélico desde un lugar concreto del teatro de operaciones, desde una perspectiva muy
particular, el de una muchacha que tenía la vida resuelta y de pronto se ve con
una mano delante y otra detrás. Cómo lo supera, cómo saca fuerzas de donde no
lo hay, es admirable y fascinante de ver.
En
Escarlata O’Hara hay una heroína bigger
than life memorable. No es perfecta, ni de lejos. Lo que tiene es mucho
coraje, voluntad e ingenio, que utiliza para salir adelante ella y proteger a los suyos. Tiene
sus defectos, es una muchacha ignorante, con solo una capa superficial de
cultura básica, nada sabe de libros, historia o música, que no tiene el menor
interés en la política, lo cual -dicho sea de paso- le honra en un contexto de gente exaltada.
Ve el fanatismo a su alrededor y se distancia de él. Es una mujer práctica, y encuentra muy sensata la
opinión de quien señala que no te puedes poner a pegar tiros de manera exaltada y a lo loco, si no tienes industria y medios para sostener el
esfuerzo de guerra.
Tampoco pilla cómo es la gente en realidad. Sabe coquetear y manipular, ser imperiosa y dominar a quien se deja, pero no acaba de
entender a los que le rodean, Ashley, Rhett y Melania, principalmente.
Aparte
de la lucha personal por superarse, por no volver a pasar hambre, ni ella, ni
ninguno de los suyos, está la historia de sus amoríos, que lo convierte en algo
terriblemente atractivo.
Al
haberlo leído ahora, después de tener muchísimas más novelas románticas en la
mochila, respecto a mi lectura hace tres décadas, me he fijado más cómo lo
plantea y cómo lo resuelve.
Sobre
todo, la gran historia de amor entre ella y Rhett. Ella está enamorada de otro, su vecino Ashley, un caballero perfectamente inútil
para la vida normal. Ese sentimiento de ella por Ashey le ha servido muchas
veces para seguir adelante en momentos de desánimo.
En
realidad, el hombre adecuado para ella es Rhett, que es el único que la
entiende y la única persona con la que puede descansar, ser sincera, ser ella
misma.
Ahora
me he fijado más en cómo desarrolla el tópico del enamorado que oculta sus
sentimientos, pero sigue estando ahí, constante, detrás de ella, ayudándola,
echándole una mano incluso sin que ella sea consciente. Guarda silencio, pero
tú, avezada lectora de romántica, te das cuenta de sus verdaderos sentimientos
a partir de una mirada, un gesto, un comportamiento, que Escarlata capta pero
no entiende.
Escarlata
piensa todo el rato que Rhett solo desea su cuerpo, la quiere como amante, pero
en realidad es al contrario, es el único que de verdad sabe cómo es ella y lo
que quiere es su corazón y su alma. Lo dice así en un determinado momento.
¡Tremendo spoiler! Como pretende ser una novela "seria", lamentablemente para quienes gustamos de finales felices, la cosa no acaba bien. Él no le dice que la quiere hasta el momento en que ya no la ama. Y ella se da cuenta de que le quiere cuando lo suyo ya está perdido. Es de estas historias que quieres que acabe distinto y no, no lo consigues.
Destacaría de esta novela lo fantásticos que son sus personajes femeninos, con personalidad propia, tan
reales que crees que debieron existir en algún sitio, de verdad. Posiblemente
la autora tomara como referencia a mujeres que ella conoció. Escarlata, Melania,
Mamita, Elena, la señorita Pittypat… Todas, con trazos más finos o más gruesos,
son mujeres de verdad, con sus manías, su personalidad, sus defectos y sus
virtudes.
Qué
maravilla es, en este sentido, leer libros con mujeres de verdad en sus
páginas.
Si te
gusta la novela histórica, este es un buen ejemplo de cómo hay que hacer las
cosas: crear personajes de ficción que resulten auténticos en el marco de
acontecimientos históricos reconstruidos verosímilmente, y que esos eventos
influyan en el curso de la vida de los personajes.
Ojo,
digo reconstrucción verosímil, no que las cosas ocurrieran realmente así. Una
cosa es que los personajes miren su pasado con nostalgia y otra cosa es que la
autora, ya en el siglo XX, pretenda que las plantaciones de esclavos eran
lugares idílicos donde todos se querían y los negros eran como de la familia,
encantados de la vida de ser esclavos.
Vamos,
el ser humano se adapta a todo, y acaba conformándose con sus circunstancias y
sacar lo mejor en cada momento, eso es evidente. Solo tienes una vida y no vas
a vivirla amargado. Y no descarto que entre millones de personas que vivieron
en el sur estadounidense habría casos de amos más amables, pero vamos, que en
mi opinión, aquello debió ser un infierno más parecido a lo que se cuenta en Raíces o Beloved que lo que te cuenta aquí Mitchell.
La
esclavitud es una institución que ha existido siempre, pero no ha sido idéntica en todas las sociedades. Se supone que Mauritania fue el último país en abolirla formalmente, en 1981, aunque ha persistido hasta el siglo XXI en sitios como por ejemplo Uzbekistán. De hecho, sigue existiendo en nuestras sociedades actuales, de una u otra forma. Pero no siempre ha sido igual en todo tiempo y lugar. El Occidente del siglo XIX no era como que había por ejemplo en el
imperio romano, entre otras cosas porque cualquier ciudadano romano podía caer
en la esclavitud, y no tenían esas ideas racistas con base seudocientífica que
alimentó la ideología dominante en Occidente en los siglos XIX y XX. Quien quiera saber un poquito más, está el siempre ameno Díaz Villanueva con su breve historia de la esclavitud. De todos los regímenes esclavistas, el del sur de EE. UU. me parece de los peores.
Acabo. ¿Merece la pena leer esta novela? Sí, con esa advertencia de que encontrarás indignante muchas referencias y comportamientos con las personas de piel oscura.
Ya
sabéis que de esta novela se hizo una película, de la que ya hable aquí. Eso
hace que leas el libro con las caras de Vivien Leigh y Clark Gable, Olivia de
Havilland y Leslie Howard, y es bueno y malo. Creo que si hubiera leído la novela
sin saber de la película, los habría imaginado de otra manera.
En el
libro descubrirás personajes y tramas secundarias que no hay en la película,
como los otros hijos que tuvo Escarlata, uno de cada matrimonio, así como Will
Benteen, sin ir más lejos.
Como es un clásico, tiene página en la Wikipedia.
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