Four weddings and a funeral
Año: 1994
País: Reino Unido
Dirección: Mike Newell
Música: Richard Rodney Bennett
Un modelo para un género menospreciado
No hará mucho estaba yo repasando la lista de películas favoritas de los Cowboys de Medianoche, y otras cosas que te cuentan en el libro Our Betters, de la editorial Notorious.
Me vio con el libro mi milenial de cabecera y me pregunto que cuáles eran las comedias románticas que destacaban. Y me quedé un poco tocada porque, a pesar de que se supone que es un género como los demás, y que gustan mucho a la gente, lo cierto es que el público no las recuerda cuando se trata de hacer una lista con las mejores películas, ni siquiera con sus favoritas.
Y es cierto que ni los críticos, ni tampoco los oyentes del programa, incluían muchas historias románticas de final feliz y tono ligero. Todo lo más aparecen algunas que son musicales, que serían otro género un poco diferente, aunque en parte coincide.
Es desolador, como si el romance y el humor fueran algo fácil. Hay un poco de desdén, como si no fueran películas tan meritorias como las de otros géneros (Western, gángsters, melodramas). Me pareció injusto.
Entonces me di cuenta de que yo estaba viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Tampoco habia metido yo aquí muchos filmes de este tipo, o los había de refilón. Así que me dije que no podía consentir tamaño desafuero, y me decidí a meter al menos una que sea canónica, buena, con todas las características propias del género: Cuatro bodas y un funeral.
Es una película en la que un grupo de amigos británicos, que entiendo yo que están en torno a la treintena, van a diversas bodas, de parientes y conocidos... Pero ellos siguen solteros y sin compromiso… Bueno, no del todo, dos de ellos son pareja.
El protagonista, Charles (Hugh Grant) es un monógamo en serie. En una boda se siente atraído por la estadounidense Carrie (Andie McDowell). Como buen inglés, será ella la que tenga que tomar la iniciativa, porque si no... La cosa es que estos dos, aunque se gustan, van un poco con el paso cambiado. No coincide nunca el momento adecuado para que lo suyo pase a ser algo más. Antes de su final feliz habrá unas cuantas anécdotas, momentos hilarantes como esa boda que celebra Rowan Atkinson y que no da pie con bola. Hay también una escena tremendamente triste, el funeral al que se refiere el título. Es todo tan auténtico, ves a los otros amigos, al grupo del colectivo, hay que recordar que esta película es de principios de los noventa, cuando aun el SIDA era un tema muy reciente y doloroso, y veías a un grupo de gente que se habían acostumbrado a pérdidas en momentos de la vida que no toca.
Hablemos de algo más alegre: la banda sonora, muy poppy británica, destacando la canción de Wet Wet Wet, «Love is all around».
En toda película buena la base suele ser un guion competente, que es lo que ocurre aquí. Bien planteada, en episodios, con ritmo en los intercambios verbales, los personajes se definen a través de lo que dicen, y lo que hacen, es un perfecto ejemplo de show, don’t tell. Las interpretaciones son como tienen que ser en comedia: ellos serios y creyéndose el personaje, para que tú, espectador, te rías. Actores y actrices me parece que están estupendos todos, cumpliendo con su personaje, qué casting más bueno, por diorrr.
Y todo dirigido por Mike Newell, un tipo que llevaba para entonces casi veinte años rodando películas. La película tiene un aire fresco, como si fuera algo nuevo, pero detrás de esto hay gente con solera. La he vuelto a ver hace poco por enésima vez. Se nota que es muy de los noventa pero, sí, pasa el juicio del tiempo, por supuesto.
En su momento, fue un auténtico pelotazo. Con un presupuesto de unos seis millones de dólares, recaudó (solo en EE. UU.), doscientos cuarenta y cuatro millones, o sea, cuatro veces más.
Tuvo unas cuantas nominaciones a distintos premios. Por ejemplo, en la 67.ª edición de los Oscar (1995) estuvo nominada como mejor película y mejor guion original (para Richard Curtis), aunque no ganó ninguno. Otras nominaciones las podéis ver, por ejemplo, en FilmAffinity. Os menciono solo los premios que sí ganó. Así, en los 52.ª Globos de Oro ganó Hugh Grant en la categoría de mejor actor principal - Comedia o musical. En los BAFTA (que son los premios británicos), la consideraron la mejor película, mejor dirección (Mike Newell), mejor actor (Hugh Grant), y mejor actriz secundaria (Kristin Scott Thomas). En los premios franceses, que son los César, fue elegido el mejor film extranjero. El Sindicato de Guionistas (WGA) premió a Richard Curtis por el mejor guion original. La Asociación de Críticos de Chicago reconoció a Hugh Grant como (sorprendentemente, para mi) mejor actor revelación; me llama la atención, digo, porque, para entonces, Hugh Grant estaba sobradamente descubierto, en mi opinión, pues había trabajado unas cuantas películas, entre ellas, Maurice (1987, James Ivory), fue el Byron de Gonzalo Suárez en Remando al viento (1988), aparece en Lunas de hiel (1992) de Polanski y, como secundario, en Lo que queda del día (1993), otra de James Ivory.
Podéis leer más sobre Cuatro bodas y un funeral, como de costumbre, en la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base.
Por si tenéis curiosidad por saber qué películas viejunas buenas que pueden considerarse más o menos comedias románticas, al menos las que destacaron los críticos y los oyentes de Cowboys de medianoche, os las pongo a continuación. Son muy poquitas. Más de una suena ahora políticamente incorrectas; sin embargo, siguen viéndose con gusto. Son solo seis:
El hombre tranquilo (1952, John Ford - 6.ª de los oyentes) John Wayne y Maureen O’Hara se enamoran en un pueblecito irlandés muy tópico.
Con faldas y a lo loco (1959, Billy Wilder - 8.ª de los críticos, 23.ª de los oyentes) Tony Curtis y Marilyn Monroe se enamoran fingiendo ser lo que no son, y también, en fin, hay otra sorprendente pareja.
Cantando bajo la lluvia (1952, Stanley Donen y Gene Kelly - 13.ª de los críticos, 18.ª de los oyentes) Gene Kelly y Debbie Reynolds tienen un principio muy enemies.
La fiera de mi niña (1938, Howard Hawks - 22.ª de los críticos, 55.ª de los oyentes) Screwball comedy con Katharine Hepburn como la manic pixie dream girl que trastorna la ordenada vida de un sabio despistado (Cary Grant).
Ninotchka (1939, Ernst Lubitsch - 37.ª de los críticos) Una severa comisaria política soviética (Greta Garbo) cae rendida a los encantos de un seductor occidental (Melvyn Douglas) en el decadente París de antes de la guerra. Se anunciaba como ¡Garbo ríe!
Historias de Filadelfia (1940, George Cukor - 79.ª de los críticos, 70.ª de los oyentes) Un second chance romance entre, de nuevo, Katharine y Cary, una de las parejas con más química y mejor timing de la historia del cine.