sábado, 22 de julio de 2017

#12 Palacio de Diocleciano

Por Ballota (2012)
[CC BY-SA 3.0]
via Wikimedia Commons



Ubicación: Split, Croacia
Fecha: Ss. III-IV
Estilo: Arte romano
Tipo de edificación: villa/guarnición



El palacio romano mejor conservado. Impresionante.

Seguimos con arquitectura romana, esta vez de vuelta a Europa, en concreto a la costa dálmata en Croacia, sobre el Adriático.

El emperador Diocleciano es uno de los más interesantes de la historia. Con dos dedos de frente y bastante energía, fortaleció el imperio e hizo algo inaudito. Una vez que pensó que todo estaba ordenado para el futuro, decidió retirarse.

Pero claro, un emperador romano no se va sin más a cultivar lechugas a una villa de provincias. Lo que hizo es montarse un casoplón impresionante, mitad guarnición, mitad lujosa villa, a orillas del mar, y rodeado por una recia muralla defensiva.

Estuvo desierto varios siglos, entre la caída del Imperio romano de Occidente y el siglo VII. Eso ayudó a su conservación, sin duda. Hoy en día, alberga el centro histórico de la ciudad de Split.

Impresiona en particular ese patio llamado Peristilo, al cual van a dar las principales calles de la ciudad, el cardo y el decumano.

El “Núcleo histórico de Split con el palacio de Diocleciano” es sitio Patrimonio de la Humanidad desde 1979, y en su página web, la Unesco lo describe así:
 
Los vestigios del palacio de Diocleciano, construido entre finales del siglo III y comienzos del IV, están esparcidos por toda la ciudad. La catedral fue erigida en la Edad Media sobre el antiguo mausoleo imperial. El resto del núcleo protegido de Split comprende iglesias románicas de los siglos XII y XIII, fortificaciones medievales, palacios góticos del siglo XV y otras mansiones de estilo renacentista y barroco.

Si quieres saber algo más de este documento, siempre puedes empezar por la Wikipedia

En “Los apuntes del viajero” hablan de cómo visitar el Palacio.

En Viator Imperi, también hablan de este monumento.

Y acabo con el blog La mochila de mamá.

martes, 18 de julio de 2017

#22 Anfiteatro de El Jem

Por Delso (2016) [CC BY-SA 4.0]
Via Wikimedia Commons





Tipo de construcción: anfiteatro
Época: Romana (h. año 238)
Lugar: Túnez

Una de las ruinas romanas mejor conservadas el mundo, y única en África, siendo el mayor anfiteatro romano de África.

Sé que me repito, pero el Imperio romano fue, ante todo, una creación mediterránea, la costa norte y la sur, el este y el oeste, todo era romano. En aquella época, el Mare Nostrum era el puente de unión entre distintas partes del mismo mundo, la misma civilización.

Ya he hablado aquí de una ciudad, Leptis Magna, en Libia, y hoy me toca hablar de otro lugar Patrimonio de la Humanidad, el anfiteatro de El Jem en Túnez, uno de los mejor conservados de la época romana.

Es, por su grandeza, el cuarto anfiteatro del mundo, después de tres que hay en Italia: el Coliseo, el de Capua y el de Pozzuoli.

Es del Imperio romano tardío, ya, finales del siglo III. Y aunque como todas las ruinas romanas, fue usado de cantera para construcciones de épocas posteriores, se encuentra bastante bien conservado. Seguramente te resulte familiar, porque se ha utilizado en películas como La vida de Brian (de la que ya hablé aquí) o Gladiator (de la que algún día hablaré).

El anfiteatro de El Jem es Patrimonio de la Humanidad desde 1979. En su página web, la Unesco lo describe así:

En el pequeño pueblo de El Jem se alzan las ruinas impresionantes del más célebre coliseo romano de África del Norte, un inmenso anfiteatro con cabida para unos 35.000 espectadores. Esta construcción del siglo III es ilustrativa de la expansión y grandeza del Imperio Romano.

Como siempre, para saber más, podéis empezar por la wikipedia.

Turismo de Túnez le dedica una página a “El monumento romano más impresionante de África”. 

Detalles constructivos y fotos muy descriptivas en la página web Megaconstrucciones.

Para echarle una ojeada más inmediata, hay video en la página llamada Videosmundi.

En Traveler lo incluyen en la lista de lugares del mundo que hay que ver antes de morir.

sábado, 8 de julio de 2017

#15 Las cuatro estaciones



Le quattro stagioni, op. 8 n.º 1-4, RV 269, 315, 293 y 297
Esbozo de Antonio Lucio Vivaldi (1724)
Autor: Pier Leone Ghezzi 
[Dominio público], via Wikimedia Commons

Compositor: Antonio Vivaldi
Fecha de composición: c. 1725


La obra más conocida de Vivaldi no podía faltar entre las 100 de música clásica.

Las piezas archiconocidas, como estas Cuatro estaciones, son un fácil portal de entrada al mundo de la música clásica. Son una delicia que puede gustar a cualquiera.

Aunque también tiene un “pero”, que es realmente comprender lo magníficas que son estas piezas, poder disfrutarlas de verdad dentro de su contexto y lo que significan dentro de la historia de la música.

Estos cuatro conciertos pertenecen a la opus 8 de Vivaldi, una docena de conciertos llamados “Concurso entre Armonía e Invención”. Es música programática, de esa que pretende representar esos diferentes momentos del año: una tormenta de verano, la alegría y la borrachera de la vendimia, el hielo del invierno, el renacer de la primavera… 

La fantasía y creatividad barroca lleva el violín a cumbres virtuosísticas,... pero se deja llevar sólo hasta cierto punto, sin perder nunca de vista el necesario equilibrio, el contrapunto, arrebatados, sí, pero dentro de un orden.

Es tan popular que la puedes encontrar en infinidad de grabaciones. Como toda la música antigua (barroca y renacentista) tienes que decidir si quieres una historicista con instrumentos de la época o bien una con todas las posibilidades de las orquestas actuales.

Así que voy a proponer una que seguro que satisface a todo el mundo, la de Trevor Pinnock que dirige desde el clave con Simon Standage como solista y English Concert, para Archiv.

Para saber más, la wikipedia.


En You Tube he encontrado esta interpretación del invierno por La Petite Bande, que es otra versión magnífica.

jueves, 6 de julio de 2017

#21 Leptis Magna


Macellum en Leptis Magna
Por Franzfoto (2010) [GFDL o CC BY-SA 3.0]
Via Wikimedia Commons




Tipo de construcción: ciudad
Época: Romana
Lugar: Libia

Una de las más impresionantes ciudades romanas que se conservan que, lamentablemente, está en peligro por la guerra.


El Imperio romano fue, ante todo, una creación mediterránea, la costa norte y la sur, el este y el oeste, todo era romano. En aquella época, el Mare Nostrum era el puente de unión entre distintas partes del mismo mundo, la misma civilización.

Leptis Magna, en el norte de África, fue primero una creación púnica, luego fue conquistada por los romanos, que la urbanizaron. Tuvo su apogeo en la época de Septimio Severo, que había nacido aquí. Luego fue territorio vándalo, los bizantinos lo reconquistaron por breve tiempo hasta que la conquista árabe de Tripolitania (650) significó formalmente el fin de lo que para entonces debía ser ya una ciudad abandonada.

El sitio arqueológico de Leptis Magna es Patrimonio de la Humanidad desde 1982, y está declarado en peligro desde 2016. En su página web, la Unesco lo describe así:


Embellecida y engrandecida por uno de sus hijos, el emperador romano Septimio Severo, la ciudad de Leptis Magna fue una de las más bellas del Imperio Romano, con sus grandes monumentos públicos, su puerto artificial, su mercado, sus almacenes, sus talleres y sus barrios de viviendas.


Como siempre, para saber más, podéis empezar por la wikipedia. Hay un artículo titulado “Leptis Magna: La Roma de las arenas” en Muy Historia. También hablan de estas espléndidas ruinas en Viator Imperi. Y concluyo con una noticia de octubre de 2016, “Los yihadistas y la mafia, socios en el contrabando deobras de arte” donde me entero de que una cabeza de emperador procedente de Leptis Magna se vendía a 60.000 euros.

sábado, 1 de julio de 2017

#11 Catacumba de Domitila


Por Dnalor 01 (2006)
[CC BY-SA 3.0]
via Wikimedia Commons




Ubicación: Roma, Italia
Fecha: S. II ss
Estilo: Arte paleocristiano
Tipo de edificación: enterramientos y basílica



Pues eso, los antiguos cristianos y sus huesos amontonados.

El arte paleocristiano se desarrolla en la época del Imperio Romano, de cuya historia artística es, ciertamente, un episodio muy menor, pero puede verse como el inicio del arte medieval, en el sentido de que responde a una ideología diferente.

Paleocristiano significa “cristiano antiguo”, y no se puede dar mejor nombre a aquellas primeras construcciones que realizaban mientras era una religión más del imperio, antes de ser asumida como algo oficial por el poder, excluyendo las demás.

Al principio, los cristianos se reunían en casas particulares. El romano fetén de toda la vida incineraba a sus muertos y guardaba las cenizas en bonitos columbarios en el exterior de la ciudad. Pero como en esto también hay modas, en el siglo II ya no se llevaba lo de andar quemando a nadie y les dio por las inhumaciones. Los cristianos, claro, por aquello de la resurrección de la carne, preferían conservar los cuerpos enteros.

El nombre de catacumba viene del cementerio de San Sebastián de Roma, porque estaba en una depresión del terreno. Como no podían extenderse en superficie, se ampliaron en profundidad. Y siguieron usándose después de reconocerse el cristianismo como religión de la iglesia, más que nada por postureo, por lo bien que quedabas enterrado junto a los huesos de los mártires.

No es que sea una arquitectura muy destacada, teniendo más interés la pintura de sus paredes. Las mejores muestras son las de San Sebastián, las de San Calixto y las de Santa Priscila, todas en Roma.

Estas de Domitila destacan por ser las mayores (nada menos que 17 kilómetros de cuevas subterráneas), las más antiguas y las únicas que aún contienen huesos (casi 150.000 cuerpos enterrados, dice la wiki en inglés). Podría decirse que son las mejor conservadas. Por lo visto, no sólo hay tumbas y pinturas cristianas, sino también enterramientos y frescos paganos. Del arte mural, destaca una de las representaciones más antiguas de Jesucristo como el Buen Pastor.

Se encuentran en la Via delle Sette Chiese, 282, en las afueras de Roma, al sureste. Son las únicas que tienen una basílica subterránea por la que se entra, la de los santos Nereo y Achilleo. Aunque es del siglo IV, la verdad es que queda poquito de aquella época.

Cerca de este monumento podemos ver las Fosas Ardeatinas, las catacumbas de San Calixto y las de San Sebastián y la vía Appia Antica. No muy lejos anda la tumba de Cecilia Metella, así que son varias cositas de interés que se pueden ver en este rinconín de la Ciudad Eterna. En Arqueomas te hablan de toda esta zona sur y la vía Appia Antica.

Si quieres saber algo más de las catacumbas de Roma, puedes leer su artículo en la wikipedia aunque debo advertir que el artículo en inglés, por ejemplo, es más completo.

Para conocer más de estas catacumbas, horarios, precios, etc., tenemos la página web del monumento.

Tenemos también el artículo en “Primeros cristianos”, un bonito reportaje en el ABC sobre frescos que salen a la luz gracias a las técnicas modernas, y Y acabo con dos breves fichas con foto de la basílica y de la llamada Cripta de los Molineros.