Alien
Año:
1979
País:
Estados Unidos
Director: Ridley Scott
Música: Jerry Goldsmith
Homenajeamos a John Hurt, que se nos fue el 25 de enero
pasado, con una de sus películas más recordadas. Un clásico de ciencia ficción
/ terror.
Vale,
la gente ya lo ha visto todo y a día de hoy, Alien, el octavo pasajero puede que no impresione a nadie. Pero en
su momento fue tan inquietante, tan gore algunas imágenes, que causó una fuerte
impresión.
En
una nave espacial, sus ocupantes crionizados despiertan por una señal de ayuda.
Bajan a una luna a ver qué ha ocurrido, solo para descubrir una nave alienígena
con muerto dentro y que en realidad no era ayuda lo que se pedía, sino una
señal de advertencia. Un miembro de la tripulación es atacado. Vuelven a la
nave y parece que aquí no ha pasado nada pero,… llevan ya el bicho dentro, el
octavo pasajero que les irá destruyendo uno a uno, en plan Diez negritos.
Por
cierto que una de las anécdotas es precisamente que a Harry dean Stanton, un
actor “serio” impropio de este tipo de cine, Ridley Scott parece que le
convenció para que aceptara el papel diciéndole que era más bien un thriller
tipo –precisamente- Diez negritos.
Es
una de esas historias que en principio se pensó como algo simplemente
comercial, que Ridley Scott aceptó
sin pensarlo mucho y que, sin embargo, gracias a la impecable factura técnica,
lo competente de los actores (todos de altura, y ya de cierta edad salvo las
chicas, como el propio Hurt, Ian Holm
o Dean Stanton), y la forma de contar una historia que en
otras manos habría sido anodina, logró todo un clásico que se sigue viendo y
admirando casi cuarenta años después.
Como
buen arte, la forma es lo que marca
la diferencia. Y, además, tiene capacidad para evocar otras cosas, desde el
nombre de la nave, Nostromo; y de
hacerte pensar: sobre nosotros y lo que podemos hacer si estamos en situación
límite, sobre cómo tratar con el otro, el extraño, sea alienígena o robot. Algunas
escenas de esta película resultan imborrables (literalmente, una vez que la has
visto no hay forma de quitárselas de la cabeza).
Mención
aparte merece Sigourney Weaver en el
papel de Ripley. En principio estaba pensado para un hombre, pero le cambiaron
el género y descubrieron que una mujer también podía ser creíble como luchadora
implacable contra el monstruo. Nuestra heroína kickass por excelencia. Una de las primeras.
Leo en la wikipedia que Recibió un Óscar en la categoría de «Mejores efectos visuales» y tres premios Saturn —uno a la «Mejor película de ciencia ficción», otro a la «Mejor dirección» para Scott y uno más para la «Mejor actriz de reparto» para Cartwright—, entre otras nominaciones. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la incluyó en el Registro Nacional de Cine en 2002 para su preservación histórica, al considerar «su importancia cultural, histórica o estéticamente, significativa». Por su parte el American Film Institute la eligió como la séptima mejor película en el género de la ciencia ficción y la revista británica Empire la consideró como la trigésimo tercera mejor película de todos los tiempos, ambos en 2008.
Otros
premios que tuvo fueron dos BAFTA (Mejor Diseño de producción y Banda Sonora),
y también en el Festival de San Sebastián (Mejor fotografía y efectos
especiales).