viernes, 28 de agosto de 2020

#44 La Alhambra

 


Panorámica de la Alhambra, por Jebulon (2012), vía Wikimedia Commons                      

Ubicación: Granada (Andalucía, España)

Fecha: siglo XIV (palacios nazaríes)

Estilo: Arte islámico

Tipo de edificación: Palacio fortaleza

 

 

Joya, joyita, joya, si no la conoces aún, ¿a qué esperas?

 

Hoy voy a hablar de una de las joyas de la arquitectura española, sobre el que se ha escrito tanto, que no sabía por dónde hincarle el diente

Ha sido de siempre el monumento más visitado de España. Al parecer, hace un par de años la superó la Sagrada Familia de Barcelona en visitantes pero, francamente (en mi humilde opinión), no hay color. 

 ¿En qué capítulo de la historia del arte enmarcamos la Alhambra? En la segunda etapa del arte islámico medieval, que iría desde finales del siglo XI hasta el siglo XVI. En esos siglos, en el Mediterráneo occidental, se sucedieron los estilos, según quien estuviera en el poder. De ellos he hablado aquí, tanto del arte almorávide (mezquita Kutubía de Marrakech) como del posterior arte almohade (la Giralda de Sevilla). 

 Ante todo, ha de decirse que la Alhambra no es una sola construcción, sino que hablamos de edificios y jardines, canalizaciones y defensas, en las alturas de la ciudad. No siguió ningún plan preconcebido, sino que el que llegaba al poder, iba construyendo, sin más… ¡Hasta un pegote renacentista, el Palacio de Carlos V! De esta obra de Machuca espero poder hablar otro día. Ahora me voy a centrar en la Alhambra y el Generalife dentro del arte islámico.

 


Vista de la Alhambra desde el mirador de San Nicolás
Por Zackds (2007), CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons

Para que esto no se convierta en monótona descripción de cada dependencia, he preferido hacer un pequeño recorrido virtual por ciertos puntos que me parecen los más relevantes.

 La primera impresión que tienes de la Alhambra es que está arriba, en lo alto. Se le llama así, Alhambra, «la roja» (al-Qalat al-Hamrá significa «el castillo rojo») por el color del ladrillo que se usó para construirla.

 Con lo que ya descubrimos una de las características del arte nazarí: construcción con materiales más bien pobres, como el ladrillo; la arcilla como materia prima, en lugar de la más perdurable piedra. Es habitual la mampostería y el tapial. Los edificios nazaríes no son nada llamativos por el exterior, lo que compensan con un interior muy (pero que muy) ornamentado.

 Las diferentes edificaciones de la Alhambra se despliegan en una especie de cresta que yo tiendo a leer de oeste a este, o sea de izquierda a derecha, pero que en muchos mapas que encontraréis por ahí estará al revés, con el sur en la parte superior y el norte en la inferior. 

Lo primero que se percibe son las torres y las murallas. Y es que la Alhambra es un palacio-fortaleza, es decir, no solo residencia del poder sino también defensa militar del mismo.

 


Torre de la Vela, fotografiada por Sharon Mollerus en 2011 (CC BY 2.0)

En el extremo o punta occidental estaría la Torre de la Vela, desde la cual puedes ver toda Granada.

 Inmediatamente detrás queda la Alcazaba, donde residía la guarnición que protegía a los reyes nazaríes. La Alcazaba, las torres y las murallas serían las edificaciones de función defensiva que tiene la Alhambra.

 Pasada la Alcazaba se alzan, a la derecha, el palacio de Carlos V, del que ya digo que hablaré en otra ocasión, si puedo. A la izquierda, o sea la parte norte, quedaría lo más representativo del conjunto, dos palacios nazaríes del siglo XIV.

 Quizá sea, además, lo que más conocemos todos, las imágenes más prototípicas. Es importante tener presente que los palacios musulmanes tenían tres zonas: el mexuar (que es la parte pública), el diwan (la oficial) y, finalmente, el harén (la privada). Y es importante porque aquí sí que podemos verlo.

 Empecemos con la parte pública. El mexuar es la zona administrativa, y se transformó bastante después de la conquista cristiana a finales del siglo XV.

 Seguimos con la oficial o diwan que sería el palacio llamado Cuarto de Comares. Se corresponde con el reinado de Yusuf I (1333-1354). Comares viene de qamariyya, que es como se llamaba a los vidrios de colores de las ventanas. Aquí tenemos, sobre las escarpaduras septentrionales, la Torre de Comares, en cuyo interior destaca el salón del Trono. En el centro del palacio está el patio de los Arrayanes, el más grande de toda la Alhambra.

 


Patio de los Arrayanes, por Tuxyso (2014) vía Wikimedia Commons

Y pasamos entonces al harén o residencia privada, que sería lo siguiente que encontraríamos, yendo hacia el este. Es el Cuarto de los Leones, palacio que servía como residencia de invierno del soberano y toda su familia. Este edificio se lo debemos al hijo de Yusuf I, Mohamed (o Muhammed) V (1354-1391).

 Lo mismo que el de Comares, se organiza en torno a un patio, en este caso el archiconocido Patio de los Leones, con una fuente en medio, Más que en los torpes leones (la escultura animal no era algo en lo que destacaran precisamente) fijémonos en su simbolismo. Son doce leones, uno por cada signo del Zodiaco. Y con la fuente conectan cuatro canales, representando cada uno los cuatro ríos del paraíso coránico. Sería entonces una representación del Paraíso.

Patio de los Leones, por Oscarmu90 (2014), vía Wikicommons.

Pero sobretodo dejemos vagar la mirada por todo el entorno de este patio. Simplemente, espléndido.

Todo alrededor vemos la típica columna nazarita. En el fuste, delgadito y cilíndrico, hay anillos; en lugar de ponerle un capitel corintio, ya demasiado visto, recurren a uno algo más creativo y novedoso: el capitel de dos cuerpos. El inferior está decorado con una cinta, y el superior, cúbico, suele tener atauriques. Las columnas sostienen los arcos con yeserías.

 


Columnas del patio de los Leones, con sus fustes con anillos y sus capiteles con dos cuerpos. 


Techo de la Sala de los Abencerrajes, por jvwpc (2004)

A este patio de los Leones se abren dos salas impresionantes: la de los Abencerrajes y la de las Dos Hermanas. Ambas cuentan con una bóveda de mocárabes, que son de lo más hermoso del arte islámico, produciendo un efecto tan intenso que yo hasta lo consideraría abrumador. 

Bóveda de mocárabes en la Sala de las Dos Hermanas, por Jebulon (2012)

[CC 0] vía Wikimedia Commons

 La Sala de los Abencerrajes tiene una impresionante bóveda de mocárabes. Ya he mencionado que los nazaríes ocultaban la humildad de los materiales de construcción con la abundancia de decoración. Y uno de los recursos son estos mocárabes o prismas colgantes. Estas cúpulas de mocábares se supone que simbolizan el cosmos, con la luz divina reflejada y ampliada en cada uno de sus prismas. La diferencia entre los mocárabes occidentales y las muqarnas del arte islámico la mencioné de pasada al comentar la Gran mezquita de Ispahán, del siglo XI, así que tampoco me voy a repetir.

El detalle técnico de cómo se formaban estas decoraciones en yeso, aparentemente desorganizadas pero que en realidad tenían mucho cálculo detrás es bastante impresionante. Si queréis profundizar en el tema, aquí un análisis de un fragmento de una bóveda de mocárabes, en la página del patronato de la Alhambra.

 

Sala de las Dos Hermanas, por Javi Guerra Hernando (2009)

Enfrente a la Sala de los Abencerrajes está la Sala de las Dos Hermanas. Era una sala más de la residencia privada de los reyes nazaríes y todo un ejemplo de los diversos recursos decorativos, algunos que procedían ya de otras épocas, como la sebka (red de rombos, procedente de los almohades), o la lacería (rosas geométricas que se entrelazan y se forman círculos, triángulos, etc. repitiendose indefinidamente). 

Destacaría el uso decorativo del azulejo. Fijáos en esos zócalos que cubren la parte inferior del muro. De esta técnica decorativa hablé en la entrada «Alicatado de la Alhambra»

Y claro, no puede faltar la típica decoración con escritura cúfica. Al parecer, el poema escrito en las paredes de la Sala de las Dos Hermanas empieza Jardín yo soy que la belleza adorna…

 


Mirador de Lindaraja, por Leronich (2009)  

Al fondo de la Sala de las Dos Hermanas encontramos el Mirador de Lindaraja o Daraxa, con un bello ventanal geminado que se abre a otro patio interior, más pequeño, llamado Patio de Lindaraja. Este jardín tan recoleto demuestra lo bien que supieron aprovechar los desniveles de esta colina.

 Junto a este patio se encuentran unos baños que algunos consideran como de los mejores del arte islámico.

Si la arquitectura no te dice nada (aunque me parece difícil), siempre tienes algo que recuerda todo el que ha visitado la Alhambra: sus jardines. No me voy a meter en el amor de la civilización islámica por el agua y los jardines, o su relevante papel a la hora de traer y llevar especies de un lado a otro. Gracias a los árabes llegaron a lo que hoy es España desde los cítricos y el arroz hasta la caña de azúcar o las berenjenas.

 



Patio de la Alberca, en el Generalife, por Juandev (2008)

Aquí hay unos jardines pegaditos a un palacio en ruinas, el Partal. Pero los más llamativos son los que quedan al otro lado del cerro del Sol, en una colina vecina a la Alhambra: el palacio de verano de los reyes nazaríes que es el Generalife. Huertos, estanques, jardines… espléndidos y evocadores, con sus rumores, su frescos, sus olores…

 No me extraña que la Alhambra haya inspirado a tantos artistas. Es lugar común mencionar al estadounidense Washington Irving y sus (bastante románticos) Cuentos de la Alhambra (1832). Personalmente, prefiero una evocación musical, los Recuerdos de la Alhambra del maestro Tárrega, pieza destacada del repertorio para guitarra clásica. Aquí, en You Tube, una interpretación de Narciso Yepes en el Palau de la música de Barcelona.


Ya he explicado el contexto artístico de este conjunto, pero me quedaría hacer una breve referencia al contexto histórico, quiénes son estos nazaríes de los que estoy hablando todo el rato, que vivieron el último esplendor del arte hispanomusulman.

Seré breve. Tras la victoria cristiana en las Navas de Tolosa (1212), se disolvió el imperio almohade. El territorio musulmán en la península se dividió en pequeños reinos, llamados taifas. La taifa de Granada fue conquistada en 1238 por los Banu Nasr y cayó en manos cristianas a principios de 1492.

 Personalmente, considero que la Alhambra es un monumento imprescindible si quieres conocer el arte islámico. Este lo encuentras en Europa, África y Asia, en multitud de países, no siempre acogedores para la turista mujer. Habrá muchos lugares y ocasiones en los que no te sientas cómoda. Por eso, ver arte islámico auténtico en España es una apuesta bastante segura.

 La «Alhambra, el Generalife y el Albaicín de Granada» es un lugar inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984, y en su página web lo describe de la siguiente manera:

Situados en dos colinas adyacentes, el Albaicín y la Alhambra forman el núcleo medieval de Granada que domina la ciudad moderna. En la parte este de la fortaleza y residencia real de la Alhambra se hallan los maravillosos jardines del Generalife, casa de campo de los emires que dominaron esta parte de España en los siglos XIII y XV. El barrio del Albaicín conserva un rico conjunto de construcciones hispanomusulmanas armoniosamente fusionadas con la arquitectura tradicional andaluza.

El conjunto tiene un artículo bastante amplio en la Wikipedia; y además muchos de los elementos que lo componen tiene artículo propio, como se puede ver en la Categoría: AlhambraGeneralife, Palacios nazaríes, Patio de los Arrayanes, Patio de los Leones, Sala de los Reyes (Alhambra), Torres Bermejas… y así hasta 54 artículos relacionados.

 Por si queréis echarle una ojeada un poco más en profundidad, aquí os dejo un documental de casi una hora sobre la Alhambra. 


Pero vamos, que en You Tube puedes encontrar vídeos sobre la Alhambra hasta hartarte. Uno de los más recientes es el de un yutubero al que sigo, El auriga del Arte, de este mismo verano de 2020, que hizo con motivo de la reapertura de estas instalaciones. Es bastante breve, un cuartito de hora.



 

Y por si quieres visitarlo, este es el enlace a la página web de la Alhambra y el Generalife. 

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