domingo, 28 de enero de 2018

#8 En el camino

Tres ediciones de En el camino, por Prosopopee, [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons



On the road
Autor: Jack Kerouac
Fecha de publicación: 1957

Debió ser muy rompedora en su momento, pero (para mí) ha sido un poco tirando a... pestiño.

De verdad, ¿«esto» le ha gustado a alguien en los últimos veinte años?

Esta novela fue todo el símbolo de una generación, la generación beat, con muchas citas sobre todo jazzísticas. Si hemos de fiarnos de la Wikipedia, está considerada como uno de los clásicos más influyentes del siglo XX. La revista Time la incluyó en su lista de las cien mejores novelas en idioma inglés editadas desde el nacimiento de la revista en 1923, hasta la actualidad.​

A partir de las notas que fue haciendo Jack Kerouac en el curso de sus viajes por el país y México entre 1947 y 1950, escribió esta novela en tres semanas.

Por lo visto, inicialmente este monólogo interior lo mecanografió sin márgenes ni párrafos, lo que Kerouac llamaba el rollo. Para editarlo, al menos en mi traducción española, se divide en cinco partes y luego cada una de estas en capítulos tirando a breves. Los diálogos van con sus guiones y todo, lo cual francamente facilita la lectura. No quiero ni pensar en cómo sería leerlo formado un continuum sin pausas.

Se relata en primera persona, por un alter ego del escritor llamado Sal. Y en el personaje de su amigo Dean se supone que es Neal Cassady. Te cuenta básicamente viajes del Este al Oeste y, al final, al Sur, internándose en México hasta el Distrito Federal. A lo largo de los años, en sus viajes, se unen y separan y se reencuentran con personas diversas.

Debo reconocer que me ha costado un montón leerla. Y no por la forma que está escrita. Aunque la traducción podría ser mejor, la verdad es que es una forma de narrar que engancha. No, el problema que he tenido es que no me interesaban nada los personajes ni sus vidas. Me parecieron gente ociosa, muy dada al jazz (me pasa como con el flamenco, que ni lo entiendo ni lo disfruto), hablando verborreicamente como si se hubieran tomado unos cuantos tripis (que, de hecho, probablemente era así), pero sin decir nada con una mínima profundidad o sentido.

Igual en los años cincuenta era muy rompedor eso de oír a unos drogatas descascarillados hablar de sus cosas. A mí, la verdad, me resultó un aburrimiento.

¿Lo peor del libro, para mí? El retrato de las mujeres, que resulta repugnante. Ojo, que entiendo que posiblemente no sea cómo las ve el escritor en sí, sino cómo las ven los personajes de la novela. Pero aun así, están al margen, siempre, y sólo como hembras a las que beneficiarse, preñar, de las que vivir un tiempo y luego abandonarlas. Pasando de pensiones alimenticias. Regado con unas cuantas denominaciones de «puta» a toda aquella que tuviera una vida sexual, incluso si era con los propios protagonistas.

En un momento dado, el personaje de Dean habla elogiosamente de la mujer de otro personaje llamado Walter, una mujer que sonreía sin decir ni una palabra:

—Ahí la tienes, tío, ésa es la auténtica mujer que necesitamos—dijo Dean en la calle a la luz del amanecer—. Nunca una palabra más alta que otra, nunca una queja; su marido puede volver a casa a la hora que quiera y con quien le dé la gana y hablar en la cocina y beber cerveza y marcharse en cualquier momento. Eso es un hombre y ése es su castillo. —Y señaló el edificio de apartamentos.

Eso yo, como mujer, claro. Tengo la impresión de que una persona con un color de piel más oscuro que el mío, y los que tengan gustos homosexuales, se sentirán más ofendidos por otros pasajes. Mi impresión es que no le interesaban las mujeres en absoluto, por lo que no me ha extrañado leer por ahí que en realidad podía ser un gay reprimido que se escondía detrás de su machismo.

No te diría yo que no, viendo la ferocidad con la que ataca a un «marica» (me chirría el escribirlo, pero es como lo escribe el traductor) que aparece por ahí.

Y ya cuando pasan por México, me sonó todo tan tópico que era casi como ver las calles llenas de mariachis con sus sombreros. Que sí, que el escritor habrá ido y cuenta lo que vio, o, más bien, lo que escogió ver. 

Ya digo que lo peor es la perspectiva sobre las mujeres. En esta novela, aparecen como extrañas criaturas que intentaban hacer que sus amigos madurasen y dejasen los comportamientos adolescentes. Fracasando, por supuesto. Las pinta un poco bobas, como perritos falderos siempre dispuestas a perdonar a sus amos las correrías, los abandonos, físicos y económicos.

¿Lo mejor del libro? Los paisajes, la inmensidad. Cuando Sal recorre Estados Unidos, y nos va contando, desde el vehículo en el que esté, cómo son las montañas, las llanuras, la oscuridad o la luz, las ciudades populosas, o la soledad de la naturaleza inmensa de ese gran país,… Ahí sí, reconozco que me quedé colgada totalmente.

Sí, bueno, será que me gustan más los paisajes que el jazz o las elucubraciones de estos tipos.

Pero, así como otras obras de la literatura se te quedan grabadas en tu piel, en tu cabeza, les das vueltas, y te van enriqueciendo,… Esta no es así. Me parece que forma parte del canon literario, claro, como una novela esencial para entender una época. Pero se me hace difícil creer que pueda ser un clásico que vaya obteniendo nuevos lectores entre las distintas generaciones.

¿Mi consejo? Si le das una oportunidad igual a ti te engancha. Pero si ves que no conectas con la novela, no pierdas el tiempo pensando que igual mejora después, porque no lo hace. Es todo penosamente igual.

jueves, 18 de enero de 2018

#33 Gran Mezquita de Damasco

Interior de la mezquita de Damasco.
Por seier+seier (2004)
[CC BY 2.0], Via Wikimedia Commons

Tipo de construcción: templo
Época: 706-715
Lugar: Damasco, Siria


El edifico más característico de la arquitectura islámica hasta la segunda mitad del siglo XI, su cuarto lugar sagrado.


Con la Gran Mezquita de Damasco, o Mezquita de los Omeyas, inauguro la categoría «Arte islámico».

El comienzo del Islam se marca con la Héjira, en 622. En sólo un siglo, esta creencia se extendió desde la India hasta la península Ibérica. Necesitaba una arquitectura propia para sus ritos religiosos. Pero como, obviamente, nada nace de la nada, adoptaron modelos del lugar de origen de este credo, con las lógicas variaciones locales.

En esta primera fase se construye sobre todo en ladrillo, y el arco que se usa es apuntado, a veces peraltado.

Aprovechan construcciones precedentes. Por ejemplo, esta gran mezquita de Damasco se hizo utilizando un templo bizantino preexistente, dedicado a San Juan Bautista. Se cogieron columnas de un lado y se pusieron en otro, configurando así un edificio con lo que acabarían siendo elementos definitorios de una mezquita.

Pero ojo, que antes de ser cristiano fue un templo romano dedicado a Júpiter y antes que ellos, los arameos veneraban a lo suyo.

Esto del reciclaje (religioso y no religioso) es algo frecuente en la historia de la arquitectura.

Estamos ante el edificio más característico de la arquitectura islámica de primera hora, la que va hasta la segunda mitad del siglo XI. Dentro de este primer arte islámico, se distinguen tres zonas: la siria de los Omeyas, la iraquí de los abasíes y la española con sus propios Omeyas independientes del califato.

Esta mezquita es ejemplo del llamado «estilo sirio», con un modelo de mezquita que se repetirá en otros lugares, y por eso detallo sus partes:

·         Sahn: un patio amplio donde se encuentra:
o   la fuente de las abluciones (sabil),
o   a un lado, la torre de llamada a la oración (minarete o alminar).

·         Haram: gran sala de oración, con columnas o pilares, orientada hacia la Meca
o   Mihrab: pequeña capilla en el muro de la quibla.


Y ya que estamos aprendiendo las partes de una mezquita añado que la macsura es el espacio acotado por arquerías que suele estar delante del mihrab y que al púlpito desde donde se dirige el rezo se le llama mimbar.

Es una mezquita de enormes dimensiones, 158 por 100 metros, y se construyó en la primera mitad del siglo VIII. Después de La Meca, Medina y Jerusalén, es el lugar más sagrado del Islam.

Leo en la wiki en inglés que esta mezquita es una de las pocas mezquitas tempranas en el mundo que han conservado su estructura general y rasgos arquitectónicos desde que se construyó a principios del siglo VIII.

Como siempre, para saber más, podéis empezar por la wikipedia en español, aunque en inglés el artículo es mucho más amplio.

Y luego hablan de ella en muchos sitios. Pongo por ejemplo ArteguíasArteHistoria

martes, 16 de enero de 2018

#20 Iberia

Isaac Albéniz, por Esplugas,
Subido por Adrian Michael
[Dominio público], via Wikimedia Commons


Compositor: Isaac Albéniz
Estreno: 1906-1909



Obra maestra del nacionalismo musical español y la principal contribución de nuestro país a la música para piano.


Isaac Albéniz (1860-1909), catalán de Camprodón, es una de las figuras cumbres del nacionalismo musical español, movimiento que se considera iniciado por Felipe Pedrell, quien brilló más (dicho sea de paso y en mi modesta opinión) como teórico y estudioso que como compositor.

Pero para eso están las maravillosas creaciones como esta suite para piano compuesta por Albéniz al final de su vida, estando enfermo. Pretende ser una evocación de España, pero en realidad se centra básicamente en lo andaluz: todos los números salvo uno (Lavapiés) tienen títulos de esa región española. El más conocido es Triana, tercera pieza del libro segundo.

La suite está formada por doce piezas, agrupadas en cuatro libros de tres cada uno. A medida que el compositor iba terminando los libros, los estrenaba la pianista francesa Blanche Selva. El primer libro («Evocación», «El Puerto», «El Corpus en Sevilla») se presentó el 9 de mayo de 1906 en la sala Pleyel; el segundo libro («Rondeña», «Almería», «Triana»), el 11 de septiembre de 1907 en Saint-Jean-de-Luz, y los dos siguientes de nuevo en París: el tercero el 2 de enero de 1908 en casa de la princesa de Polignac («El Albaicín», «El Polo», «Lavapiés») y el cuarto y último («Málaga», «Jerez», «Eritaña») el 9 de febrero de 1909 en la Sociedad nacional de música.

Es, desde luego, la obra maestra de su compositor, en el que aprovecha todo su talento al piano (fue un niño prodigio y un famoso intérprete) con los hallazgos impresionistas de los que bebió al residir en Francia. Albéniz se consideraba a sí mismo un «folklorista imaginario».

En la Pequeña historia de la música, de Gómez Amat y Turina Gómez, col. Alianza Cien núm. 81 (Alianza Editorial, S. A., 1995), citan lo que dijo Debussy de esta obra:

Jamás la música llegó a crear impresiones tan diversas y coloreadas. Los ojos se cierran como deslumbrados, después de haber contemplado tantas imágenes.

Como es una pieza destacada del repertorio para piano, hay que asumir que grabaciones hay unas cuantas. Pero la elección aquí es evidente: Alicia de Larrocha, por supuesto, no hay la menor duda.

domingo, 14 de enero de 2018

#27 Cinema Paradiso


Nuovo Cinema Paradiso

Año: 1988
País: Italia
Director: Giuseppe Tornatore
Música: Ennio Morricone


Sentimental y un poquito tramposa, pero el amor al cine que destila es absolutamente sincero y emocionante.


            He visto esta película varias veces, y siempre me emociona. Y eso que el cine italiano no es lo mío.

Como fue un taquillazo y ganó el Óscar a la mejor película de habla no inglesa, creo que todo el mundo sabe de qué va. Pero por si acaso, os lo cuento.

Toda la peli es un enorme flashback. Un director de cine que vive en Roma recibe la noticia de que Alfredo, un viejo conocido de su niñez, ha muerto. Y entonces él empieza a recordar.

Sicilia, plena posguerra. Un niño, Totò, vive con su madre; su padre se fue a la guerra y no volvió, puede que esté prisionero en la URSS, pero el tema no es ese, sino que a este chavalín le encanta el cine. Consigue hacerse amigo del que maneja la cámara, Alfredo, a regañadientes de este. Recuerdas especialmente eso, la relación entre Alfredo y el niño, un niño sin padre y un hombre sin hijos, cómo riñen, y discuten, y se aprecian, son cómplices, el niño llega a salvarle la vida al otro.

Esta criaturita pasa todo el tiempo que puede en el cine, por mucho que a su madre la cabree.

Aprende a manejar el proyector y cuando puede hacerse con una cámara, a rodar pequeñas escenas cotidianas. Tú le ves crecer, ser un niño primero, luego su primer amor, cómo se va a la mili,… y acaba marchándose, porque el mismo Alfredo se lo dice, que se vaya, que no vuelva jamás, que es joven y tiene todo el mundo por delante.

Y en efecto no vuelve a la isla hasta el funeral de Alfredo.

Es una película sentimental, de nostalgia hacia la niñez y hacia un pasado que era duro, pero con un fuerte sentido de comunidad. Todo el pueblo se reunía en el cine, jóvenes y viejos, hombres, mujeres y niños, para ver las pelis americanas o europeas, convenientemente privadas de cualquier aspecto vagamente pecaminoso por el cura del lugar.

La música, una de las mejores partituras de Ennio Morricone para mi gusto, es de esas que ensalza las imágenes, se te mete dentro y te hace llorar y llorar.

No, en serio, he visto esta peli el otro día, otra vez, y de nuevo a moquear como una Magdalena.

Precisamente por eso es un poquitito tramposa, la música conmovedora, un niño sin padre, un pueblo que se apelotona en el cine para ver las pelis como una forma de nueva liturgia colectiva,… los que se conocen y hacen ojitos allí, los ves enamorarse, tener familia...

Todo se suaviza, a pesar de que ves al mafioso de turno, al que tiene que emigrar a Alemania, el surgimiento del Partido Comunista Italiano, lo cuentan muy amable, como si nadie fuera realmente malo. Hasta la mili del muchacho se ve como una cosa más o menos divertida.

Sin embargo, en lo que se refiere al cine, destila un amor del que no se puede dudar. Y al fin y al cabo, para mí es de lo que va esta película, del cine como lugar de encuentro, las películas como escapismo, sobre todo, de sentimientos y emociones inmensas que provoca el cine en el espectador.

Te refleja la propia evolución de éste como espectáculo público. En los años cuarenta y cincuenta, era el sitio al que todo el mundo iba para entretenerse, no había televisión. Luego cómo pasa a ser algo cada vez menor, hasta el extremo de convertirse en una sala X. El porno parece que salvó el negocio hasta que surgió el vídeo y entonces todo el mundo lo consumió en casa.

El cine acaba cerrándose y, al final de la película, es demolido.

Te hace pensar en la evolución del entretenimiento público (que aquí son las películas, pero valdrían para los conciertos o las verbenas): se ha pasado de algo colectivo a un divertimento cada vez más individualista, cada uno encerrado en su casa; y, ahora, dentro de su casa, cada uno de sus moradores con sus cascos y su pantalla individual.

Lo que se gana en libertad individual, al satisfacer el gusto estrictamente personal, se pierde en sentido de la comunidad.

Precisamente son las escenas vinculadas con el cine de forma más directa las que, creo yo, recordamos todos. Mencionaré las dos más obvias.

Primero, ese momento en que, cerrada temporalmente la sala, a Alfredo se le ocurre proyectar la película en la pared de una casa cercana, poco antes de la tragedia que le deja ciego.

Lo mejor, el final. Alfredo le ha dejado un legado al personaje principal, ese Totò que ahora es director de cine y que no acaba de tener satisfacción vital.

Todos esos fragmentos de películas que el cura obligó a cortar, Alfredo los almacenó y los guardó. La película acaba con Salvatore viendo en la pantalla grande todos esos pedacitos de cine clásico que la Iglesia hurtó a los ciudadanos, esos besos, miradas, posturas,… algunos reconocibles, otros desconocidos…

Un repaso maravilloso por una determinada época del cine.


De los actores destacaría a Philippe Noiret, que lamentablemente fue doblado porque su italiano tenía un acento francés demasiado fuerte. Así que no sé si me gusta la interpretación en sí o más bien el personaje. Fue galardonado en los Premios del Cine Europeo como mejor actor.

El niño reconozco que se me hizo un poco cargante con sus monerías, sonriendo todo el rato. Preferiría que hubiese tenido un poco más de registro, pero hay que admitir que era un actor muy jovencito. Luego, el que hace de adolescente, con su historia de amor frustrada, seguía siendo mono, pero no ganaba mucho en expresividad.

Es una película de la que hay dos versiones, de la que yo he visto la “internacional”, sin la parte en que Salvatore se reencuentra con Elena, casada con otro.

Como me suele ocurrir con el cine italiano, en general, las mujeres son secundarias y con representación bastante tópica de la mamma, o la amada inalcanzable, o la puta. No las ves realmente cómo son ellas como personas, sus sentimientos o aspiraciones personales, están al servicio exclusivo del personaje masculino.

Es una película que por su amabilidad, y capacidad para emocionar, fue muy vista en las salas y premiada en los certámenes. Ya he mencionado que tuvo el Óscar a la mejor película de habla no inglesa. También ganó el Globo de Oro a la mejor película extranjera, cinco Premios BAFTA, incluyendo mejor película de habla no inglesa, premio especial del jurado en el Festival de Cannes y, en los Premios David di Donatello, ganó en la categoría de mejor música.

La recomiendo totalmente, eso sí, advirtiendo de que vas a necesitar klínex, sí o sí. Pero no es desagradable, es un ugly-cry de lo más relajante.

Para saber más: consúltese la Wikipedia, Film Affinity o la Internet MovieData Base.

Y luego, si quieres pasar un buen rato, puedes ver la tertulia Cine más copazo #22:


Este programa de Juan Gómez-Jurado y Arturo González-Campos me parece bastante irregular. A veces son unos cargantes que dejo de verlo a los cinco minutos y otras querría que siguieran hablando horas y horas. Depende del día y del invitado, y de la peli que escojan, y de muchas otras cosas.

Este #22 con Miki Nadal es una de las sesiones buenas-buenas, que entretiene un montón.

lunes, 8 de enero de 2018

#32 Borobudur

Por Magul (2017)
[CC BY-SA 4.0], Via Wikimedia Commons



Tipo de construcción: templo
Época: 800-825
Lugar: provincia de Java central, Indonesia


La atracción turística de Indonesia, el principal centro budista del país.


Por muy distante que te suene un lugar como Indonesia, y en concreto su isla de Java, seguro que has oído hablar de Borobudur.

Estamos ante una estupa, un tipo de construcción budista. Porque sí, aunque Indonesia suene como país musulmán, en realidad conviven varias religiones, y tiene una fuerte tradición budista. Hay quien lo pone como ejemplo de que puede haber una democracia en un país mayoritariamente musulmán, aunque también he oído que es democrático pese a ser musulmán precisamente por su diversidad. No sé, es una realidad que me queda francamente muy lejana, así que no tengo una opinión formada al respecto.

He leído que Borobudur es el templo budista más grande del mundo. Lo forman nueve plataformas apiladas una encima de otra, y cada una más pequeña que la de debajo: seis cuadradas y tres circulares. En lo alto hay un dome central, rodeada por 72 estatuas de Buda.

Miles de relieves lo decoran; de hecho, se estima que tiene el conjunto más grande y completo de relieves budistas del mundo. A lo que hay que añadirle más de medio millar de estatuas de Buda. El estilo mezcla elementos indígenas con el estilo hindú de Gupta.

Data del siglo IX, durante el reinado de la dinastía Sailendra. Quedó abandonada en fecha que no se sabe, posiblemente en el siglo XIV, cuando los reinos hindúes en Java declinaron y el Islam se extendió por la isla.

Se cubrió de cenizas como consecuencia de explosiones volcánicas. Hay que tener en cuenta que se erigió en una llanura, entre dos volcanes, y que toda esta zona, perteneciente al Arco de Fuego del Pacífico, es zona de actividad sísmico-volcánica.

Se “redescubrió” para el mundo a principios del siglo XIX, por obra de sir Thomas Stamford Raffles, gobernador británico de la isla.

Actualmente es un lugar de peregrinación budista, sobre todo para celebrar el Vesak con la luna llena del mes de mayo.

La «Conjunto de Borobudur» fue declarados patrimonio de la humanidad por la UNESCO en el año 1991, y en su página web la describen así

Situado en el centro de la isla de Java, este célebre templo budista fue construido en los siglos VIII y IX. Su edificio comprende tres niveles: una base piramidal con cinco terrazas cuadradas concéntricas; una parte central en forma de cono truncado con tres plataformas circulares; y un remate formado por una estupa monumental. Las paredes y las balaustradas están ornamentadas con bajorrelieves que cubren una superficie total de 2.500 m2. En torno a las plataformas circulares hay 72 estupas ahuecadas con otras tantas estatuas de Buda. Este monumento fue restaurado en el decenio de 1970 con ayuda de la UNESCO.

Como siempre, para saber más, podéis empezar por la wikipediaEn National Geographic hay un articulo con unas fotos estupendas.

En la página web Notas de un viajero nos cuentan su «Visita a Borobudur y a Gedong Songo», muy informativo, con detalles útiles para quienes deseen ir a este lugar.

Documental de unos veinte minutos, subtitulado en español, sobre este lugar 

sábado, 6 de enero de 2018

#21 Baptisterio de Cividale

I, Sailko [GFDL o CC BY-SA 3.0] Commons

Fecha: 730-740

Ubicación: Museo Cristiano de Cividale nel Friuli, Italia

Época: Arte lombardo





Una de las obras maestras de la escultura longobarda, junto al altar de Rachis.

La última vez que hablé por aquí de una escultura, pertenecía también a la época de las invasiones germánicas. Era, en concreto, la visigoda Fíbula de Alovera, con la que inauguré el período medieval.

Ahora vamos a otro ejemplo escultórico del período de las invasiones germánicas, obra de los lombardos. Diversos pueblos germánicos se fueron repartiendo Europa occidental a lo largo del siglo V: francos a Francia, sajones a la isla de Gran Bretaña, visigodos a España, por ejemplo. A la península Itálica marcharon ostrogodos, que ya mencioné al hablar aquí de la tumba de Teodorico en Rávena

Pero hubo más migraciones, un siglo después. Los lombardos o longobardos invadieron la Italia bizantina en el año 568 y se enfrentaron a los bizantinos (que también andaban por allí, ¿os acordáis de Rávena?). Establecieron un reino que duró hasta 774, cuando sucumbieron ante el empuje franco.

En Italia, la escultura de este período está representada sobre todo por las obras longobardas de Cividale, como el altar del rey (o duque) Rachis (740) y este baptisterio.

Estamos en la zona norte del país, en la región vecina de Friuli-Venezia-Giulia, fronteriza con Austria y Eslovenia. Así que ya nos hacemos a la idea de que es zona fría, montañosa, norteña.

He escogido como representación este sólido baptisterio que lleva el nombre de un patriarca, Calisto o Calixto, que decidió de su mano mayor cambiar la sede episcopal a esta localidad de Cividale, ya que en donde estaba resultaba un poco arriesgado. A los nobles esto no les gustó nada y lo apresaron. Pero el rey Liutprando lo defendió, y la sede se quedó en Cividale, donde dijo Calixto, a quien se debe el inicio de las obras de la catedral y el baptisterio.

El baptisterio es, en realidad, una pila bautismal y sobre ella, un ciborio de ocho arcos sostenido por otras tantas columnitas de orden corintio. En total, pasa de los tres metros y medio de alto. Esto de los ocho lados tiene su simbología religiosa, pues el 8 representa la Resurrección.

La estructura carece de techo. Se cree que debió cubrir el ciborio un techo de madera, quizá con forma piramidal.

Lo que perdían en grandeza estas elaboraciones bárbaras lo compensaban con ornamentaciones que jugaban con temas geométricos, vegetales o animales, como ya vimos en la ermita de Quintanilla de las Viñas.

Aquí aparecen inscripciones y esas decoraciones en los arcos. En la parte inferior hay dos lastras, esculpidas con motivos que son parecidos a los del altar de Rachis. Esto ha hecho pensar que provenga del mismo autor o taller.  Como los relieves aparecen en dos fases diferentes, se piensa que pudieron ser realizados por dos autores diferentes.

Aparecen pavos reales, grifones, del sacramento del bautismo y cristológicos. Y, claro, los evangelistas, cuyos símbolos aparecen en la balaustrada, en torno a una cruz.

El artículo en la Wikipedia la verdad es que no añade mucho más a lo que digo aquí. 

jueves, 4 de enero de 2018

#17 Ermita de Santa María (Quintanilla de las Viñas)

Por Nacho Cobos (2014)
[CC BY-SA 4.0]
via Wikimedia Commons






Ubicación: Quintanilla de las Viñas (provincia de Burgos), España
Fecha: Finales s. VII-principios s. VIII
Estilo: Arte visigodo
Tipo de edificación: iglesia


                       
Una de las obras más representativas de la arquitectura visigoda.


La última vez que en este blog visité una edificación europea fue la iglesia de San Vital de Rávena, bizantina, de mediados del siglo VI. Ahora damos un salto de siglo y medio para plantarnos en la península Ibérica, donde los visigodos reinaban desde hacía más de cien años.

Contrasta mucho la grandeza de la arquitectura romana con lo que vino después. Aunque a su modo, los pueblos germánicos se pretendían continuadores del poder imperial, sus edificaciones eran poco vistosas.

De los visigodos quedan, principalmente, iglesias por la zona de la Meseta Norte, como San Juan de Baños en Palencia, San Pedro de la Nave en Zamora, o esta de Quintanilla de las Viñas. He escogido esta porque la he visitado en persona un par de veces. Pero hay que tener un poco de ojo, porque no está en el pueblo mismo, sino en las afueras, y si te despistas, puedes pasarla de largo.

Es un buen complemento a un recorrido por la zona, visitando Santo Domingo de Silos o Covarrubias.

A diferencia de la época romana, o la posterior musulmana, la visigoda era una sociedad más rural, más del campo, así que los edificios que de ellos quedan suelen estar por despoblados. Dan la impresión de surgir ahí, en mitad de la nada, en un sitio que a ti no te llama la atención. Estar allí solo, en un descampado solitario, en un día de invierno, sintiendo el frío, con el viento helándote las orejillas,... sí, te transporta bastante bien a la Edad Media.

Se sigue el mismo modelo ya visto en la época del arte paleocristiano: planta basilical. Cuando posteriormente llegó el dominio musulmán, y se fue reconquistando hacia el sur, los repobladores cristianos construyeron edificios en los nuevos territorios siguiendo este modelo «estilo de repoblación».

Lo que queda en Quintanilla es sólo una pequeña parte del templo primitivo, la capilla mayor y el transepto; faltarían entonces las naves, la central y las laterales. Por eso da una impresión de edificio chiquito, para pocas personas, que no se ajusta del todo a la realidad.

La construían con grandes sillares. Entre la capilla y el crucero hay un arco toral, muy típico de los visigodos, que a un lado es de herradura y al otro de medio punto peraltado.

Lo más significativo son, para mí, los detalles ornamentales, el que se vean tallados temas vegetales como zarcillos o alegorías del sol y la luna, o, en el exterior, una faja horizontal que lo recorre con temas geométricos, vegetales y animales, a veces encerrados en círculos. Como dicen en la Wikipedia, este tipo de decoración es muy extraña y apenas existen ejemplos similares en templos cristianos.

La verdad es que si comparas con el arte grecorromano o bizantino de los siglos anteriores, es todo mucho más básico, más sencillo, más primitivo. Un paso atrás.

Aunque no es un artículo muy detallado, si quieres saber algo más de este monumento, puedes leer el artículo en la Wikipedia.

En YouTube, aquí tenéis cinco minutos de imágenes recreándose en el monumento