domingo, 6 de octubre de 2019

#32 Frontal de Santo Domingo de Silos



Objeto: frontal
Material: madera de roble, sobre, esmalte
Fecha: 1165-1170
Lugar actual: Museo de Burgos, España
Época: Edad Media (arte románico)



A un santo no lo puedes tapar de cualquier manera



A este objeto se lo conoce como frontal y también como urna. Se encuentra en el Museo de Burgos, y procede de los talleres de esmaltes que tenían en el monasterio de Santo Domingo de Silos, que se encuentra en la misma provincia de Burgos. Es la obra maestra de aquel taller silense.

Se le llama urna o frontal de Santo Domingo de Silos porque se elaboró con la finalidad de cubrir el cofre de las reliquias de este santo, que al parecer era de sencilla piedra.

Tiene forma rectangular. Se trata de dos elementos de madera de roble, una frontal y otra inclinada. Mide 70 centímetros de alto, dos metros y pico de ancho, y una profundidad de 4 milímetros.

La madera se recubrió con placas de cobre dorado y repujado, encima del cual se encuentran los esmaltes, en colores básicos: azul, verde, rojo y blanco. Destacan los azules y los verdes, y llama la atención que no haya color amarillo. El color azul se obtenía de minerales españoles, y esto hace que los autores se pregunten si este tipo de esmalte que parece creado en Limoges no sería en realidad, de origen hispánico.

Se utilizó la técnica del champlevé (esmalte excavado o campeado), que es una técnica más barata que el esmalte cloisonée; esta técnica la desarrollaron ampliamente los talleres de Limoges. Al hablar de los esmaltes de la catedral de Orense, ya describí un poco cómo se hacía esta técnica. Básicamente, se rehundía la placa y allí, en el hueco, se ponía el óxido que crearía el esmalte al fundirse.



Detalle de Cristo en majestad, dentro de una mandorla, con los evangelistas en las esquinas, y columnillas adornadas de motivos vegetales que lo separan de los apóstoles

Lo que está representado no es nada original, ya lo hemos visto en pintura y escultura y otros medios. Por un lado, Cristo Pantocrátor, o sea, en majestad dentro de una mandorla y con el Tetramorfos (símbolos de los evangelistas) alrededor.

A los lados, están los apóstoles, seis a cada lado, debajo de arcos de medio punto que representarían la ciudad celestial, la Jerusalén celeste. Llama la atención la policromía de las vestimentas de los personajes.

En lo que se refiere a las cabezas, suponen un toque de escultura dentro de lo que es una obra de orfebrería y esmalte, ya que están hechas en bulto redondo, bastante exento. Se fundieron con la técnica de la cera perdida.

Las columnas tienen adornos vegetales y geométricos. Aparecen parejas de animales fantásticos en la orla superior. Luego, en la base, se ve un remate de arquería de medio punto, con arcos peraltados y ajedrezado en las enjutas.

Por enmarcar esta obra en su contexto artístico, ha de recordarse que son artes aplicadas del románico. Destacan las obras de orfebrería y las textiles (tapiz de Bayeux). Las de orfebrería utilizaban el oro y las piedras preciosas por todos lados, como se ve aquí, en que el frontal está adornado por piedras duras en cabujón.

Como siempre, salvo otra indicación, las imágenes proceden de Wikimedia Commons.

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