domingo, 29 de noviembre de 2020

#60 La fábula de Orfeo

 

Portada de L'Orfeo
Ricciardo Amadino (Venecia, 1609)



 

La favola d’Orfeo

 

 

Estreno: Mantua, febrero de 1607

Compositor: Claudio Monteverdi

Libreto en italiano: Alessandro Striggio el Joven

Género: dramma per musica

 

Tal día como hoy, del año 1643, murió en Venecia Claudio Monteverdi, compositor, violagambista, cantante, director de coro y sacerdote italiano que marca el momento de transición entre el Renacimiento y el Barroco.

Se sabe que esta ópera se estrenó con motivo de los carnavales de 1607, en el mes de febrero, pero no la fecha exacta. Hubo una representación en el palacio ducal de Mantua el día 24, pero al parecer ya se había estrenado antes.

Por eso hablo de ella hoy, cuando hace 377 años que murió su compositor.

Esta es una de las óperas antiguas más conocidas y que aún se representa. Marca el momento inicial del género, en el que abundaron historias en torno al mito de Orfeo, algo muy apropiado para ponerle música a las palabras.

Claro que hubo música para escena antes de las óperas de Monteverdi. E incluso cosas que se consideraban como óperas primitivas, como las de Peri o Caccini. Pero estos lo veían más como una forma de literatura, palabras con música en las que lo importante era la letra, por lo que sus obras se nos hacen bola a los espectadores actuales.

Monteverdi, en cambio, puso el énfasis en la música, armonizando los elementos preexistentes para crear algo diferente. Se reunieron los elementos esenciales del género, como la caracterización de los personajes por la música, o eso tan curioso como era el final feliz aunque el mito original no lo tuviera. Aquí la historia no acaba con Eurídice perdiéndose de vuelta en el infierno, sino con Orfeo llevado al cielo, donde volverá a ver a su Eurídice.

Me encanta eso del lieto finale, que durante siglos fue algo exigido por el público. Qué contraste con el momento actual, en que se considera que lo propio de la alta cultura son los remates deprimentes de cualquier narración.

El efecto que produce esta ópera al espectador actual es, sin embargo, extraño. Una representación estilizada, tranquila, casi como tableaux vivant, mezclando la historia de Orfeo, Eurídice, el dios Apolo, etc., junto con otros que son alegóricos, como la Música.

 La parte dramática nos resulta algo ajeno, encuentro difícil que te atrape. No me parece de esas óperas que conviene ver para aficionarse. La impresión general es de belleza elegante, delicada, con cierta distancia, sin que la maravillosa música baste para implicarnos emocionalmente en la historia.

El momento más conocido de la ópera posiblemente es la sonora tocata instrumental, en re mayor. 

También es conmovedor el momento en el que Orfeo interpreta, desesperado por recuperar a su amada Eurídice. Suena muy humano, triste, reflejando quizá la desolación del propio Monteverdi, que perdió a su esposa ese mismo año, según he leído por ahí, aunque ella falleció en septiembre, y esta ópera se estrenó en febrero.

¿Qué grabación proponer de esta ópera? Merece la pena tener la versión de Nigel Rogers y Charles Medlam, del año 1983, para la EMI. La orquesta London Baroque usa instrumentos originales. Los intérpretes son: Nigel Rogers, Patricia Kwella, Guillemette Laurens, David Thomas y Mario Bolognesi, con el Chiaroscuro Ensemble.

Una representación estupenda de esta ópera la encontramos en You Tube, con Jordi Savall dirigiendo a la Capella Reial en el Liceo de Barcelona (2002)

 



Para saber más, la Wikipedia. El libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol

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