domingo, 21 de junio de 2020

#61 Los maestros cantores de Núremberg

Hans Sachs (1906) Yorck Project



Die Meistersinger von Nürnberg


Estreno: Múnich, 21 de junio de 1868

Compositor: Richard Wagner

Libreto en alemán: R. Wagner

Género: ópera cómica


Tal día como hoy se estrenó, en el Königliches Hof-und National Theater de Múnich la única ópera cómica de Wagner


Dentro de la producción de Wagner, esta es especial, por ser la única cómica, así como por inventarse la historia el propio compositor, aunque fuera basándose en la historia del zapatero y maestro cantor renacentista Hans Sachs. Ojo, cómica en el sentido wagneriano, no esperéis encontrar aquí el salero de un italiano. No, esto es humor a la alemana, o sea, que la gracia igual se la ves donde yo te diga.

La ópera es entretenida, con una música fabulosa y muy agradable de ver. Aunque, eso sí, hay que ir con el bocadillo, porque es una ópera larga: más de cuatro horas, cuatro y cuarto, cuatro y media…

Walther von Stolzing, un caballero, se enamora de Eva, la hija de un orfebre de Núremberg. Para ganar su mano, intervendrá en un concurso de canto. Otro pretendiente, el conservador Beckmesser, intenta que Walther no participe, por lo heterodoxo de su canto. Pero el final feliz está asegurado, sobre todo cuando a uno le echa una mano el menor de los cantores, el zapatero Sachs, que le ayuda a mejorar su arte lírico y entorpece a Beckmesser. Sachs también respeta la tradición, pero entiende que se pueden introducir novedades y de esta manera combinar lo mejor del pasado con las novedades del presente.

Como se ve, la parte femenina es un mero adorno, lo sé, lejos están las pizpiretas heroínas de un Rossini o más de una mozartiana, que tenían carácter, inteligencia, empuje, participación en la trama como algo más que el premio para el chico.

En fin, que el test de Bechdel no nos impida ver el bosque. La historia permite a Wagner dan una versión romántica de los gremios medievales de la Alemania del siglo XVI. 

La ópera es una larga maravilla de músicas increíbles. Es, creo yo, la más asequible de las de Wagner para el aficionado tibio que no desee meterse a todo el Valhalla entre pecho y espalda. Aquí no habla de dioses, ni héroes, ni magias o encantamientos. No, es una historia de gente más o menos normal, cotidiana, que además de sus oficios se dedicaban a cantar.

La parte del león se la lleva el barítono, intérprete de Hans Sachs. Hay dos momentos que me gustan especialmente. Uno, cómico, cuando le amarga a Beckmesser la serenata dando golpes en su zapatería (Den Tag seh). Y el otro, algo desencantado, el monólogo de la primera escena del Acto III (Wahn! Wahn!: ¡Ilusión, ilusión!).

Pero bueno, eso es debilidad mía por esa voz masculina grave. Tal vez porque mi cantante favorito es Dietrich Fischer-Dieskau y empecé a cogerle gusto a piezas sueltas de Wagner gracias a él. Y eso que dudó bastante antes de enfrentarse a este papel, porque no tenía claro si le iba o no a su voz (eso contaron en Grandes Ciclos). 

De lo que todo el mundo te hablará es de la obertura y de la «canción del premio» (Morgendlicht), una de esas piezas con las que se lucen los tenores, y que sí, también es excelente, terriblemente romántica.

Como cotilleo, he leído que era la ópera favorita de Hitler, y puede que sea por aquello de que es más asequible, o que también que al final se exalta al arte alemán, del que los maestros cantores serían custodios.

Y como grabación recomendada, pongo una de Bayreuth en directo que quizá viese el propio Hitler en 1943, por lo que el coro y la orquesta son los del festival, aunque he leído en Operadisc que le falta la escena 1 del acto I y el quinteto. Dirigía Furtwängler y la protagonizaron: Maria Müller (Eva), Camilla Kallab (Magdalena), Jaro Prohaska (Hans Sachs), Max Lorenz (Walther von Stolzing), Eugen Fuchs (Sixtus Beckmesser), Josef Greindl (Veit Pogner), Erich Zimmermann (David) y Fritz Krenn (Fritz Kothner). La escenografía fue de Wieland Wagner, y al parecer el público estaba lleno de soldados heridos del frente.

Por si te da un poco de tirria escuchar una versión tan ligada a un momento terrible de la historia, una opción más políticamente correcta sería la de Knappertsbusch de 1960, también en vivo, con Elisabeth Grümmer (Eva), Josef Greindl (Hans Sachs), Karl Schmitt-Walter (Beckmesser) y Wolfgang Windgassen (Walther von Stolzing).

Para saber más, la Wikipedia. El libreto, en español y alemán, así como discografía de referencia, en Kareol

Es una ópera muy apropiada para estos días, porque se ambienta en torno a la fiesta de San Juan. Aparte de eso, creo que Wagner se relajó por fin por aquello de estar en un momento de su vida bastante relajado y resuelto, con lo cual no se cortó a la hora de escribir toda la música que le dio la gana para esta ópera, y más, de ahí que te lleve cuatro horas y media verla. Pero, de verdad, que merece la pena.

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