sábado, 1 de febrero de 2020

#5 La bohemia

Mimì y Rodolfo en La Bohème
Metropolitan Opera (2014)
Bengt Nyman [CC BY-SA 2.0], vía Wikimedia Commons





La Bohème


Estreno: Turín, 1.º de febrero de 1896

Compositor: Giacomo Puccini

Libreto en italiano: G. Giacosa y L. Illica, basado en la novela Scènes de la vie de Bohème, de Henri Murger

Género: comedia lírica

Tal día como hoy se estrenó, en el Teatro Regio de Turín, esta que es una de las óperas más queridas del repertorio.


La llaman «comedia lírica», pero vamos, que tiene de gracioso lo que yo de monja. Es un dramón, muy sentimental, que juega de tal forma con tus emociones, puedes llorar a moco tendido con esta historia.

Es una de las óperas más representadas, de las favoritas del público y la crítica. La puedes escuchar, o ver en directo, o en una película,… y de cualquiera de estas formas, te meterá en la historia, y no puedes dejar de verla hasta el final.

Aunque se inspira en esa obra realista sobre bohemios franceses, lo cierto es que la adaptación es muy libre. Trata más o menos del amor de Rodolfo, un poeta y Mimì, una modistilla: se conocen, se enamoran, se separan y ella muere al final. Sí, es ya de esa época en la que la heroína tiene que morir, porque sí, es cosa de la época.

Alrededor de ellos, personajes secundarios inolvidables como los amigos del poeta, aunque yo me quedo con Musetta, una muchacha un poco coqueta que sabe ligar con tipos con parné.

Puccini conserva de la ópera clásica las arias, los dúos, los momentos de conjunto, pero se nota que estamos ya a finales del siglo XIX, y sabe enlazarlo todo de una manera continua, con una música maravillosa, de manera que te va narrando la historia entrelazando, con un desarrollo que no se detiene, sin que falten o sobren escenas.

Al parecer, el estreno no fue demasiado exitoso. Y eso que la dirigió Toscanini,... claro que entonces era un tipo jovencísimo... En un periódico de Turín profetizaban que


La bohème no dejará una gran huella en la historia de la ópera.


Eso sí que es tener ojo

Yo creo que había un poquito de clasismo, porque al fin y al cabo te representaban a personas muy corrientes, pobretonas, enfermos,… Un poquito la carne de cañón de las novelas dickensianas, solo que con un final trágico. Es lo que tiene el verismo, ese tipo de realismo o naturalismo musical. 

Pero pronto la gente le cogió gusto y ya digo que es una de las más representadas y queridas del repertorio. Cuando oigáis hablar del «ABC de la ópera», la «B» se refiere a La Bohème. Aunque no seas aficionado a la ópera, si la vas a ver, seguro que te entretiene. Sus cuatro actos se pasan en un suspiro, y no llega a las dos horas. Así que en ningún momento se te hace pesadota.

Al ser una de las favoritas del público, ha sido muy representada y hay un montón de anécdotas en torno a esta ópera. Ya desde su comienzo. Leoncavallo compuso una ópera con el mismo material, y acusó a Puccini de robarle la idea; la obra de Leoncavallo pasó sin pena ni gloria y, sin embargo, esta de Puccini es de las más destacadas del repertorio.

Hay otras que leo en la Guía visual de la ópera de Espasa © 2008. Por ejemplo, que cuando la terminó Puccini, se dijo «Voy a llorar como un niño»; y sí, es una de esas obras emotivas en las que todo el mundo acaba con un nudo en la garganta.
  
El papel de Rodolfo era uno de los papeles de Caruso. En una representación con la soprano Nelly Melba, cuando cantaba lo de «qué gélida manita», y se cogían de las manos, el «gracioso» de Caruso tenía una salchicha entre manos, así que imaginaos qué poca gracia le hizo a la Melba. Luego es solo una anécdota más.

Tiene muchos momentos inolvidables, empezando por las arias de los protagonistas del primer acto, en que cada uno de ellos se presenta al otro: él narrando que es un poeta pobre, pero rico en castillos en el aire (Che gelida manina), y ella le cuenta que es una modistilla a la que gustan las flores, aunque las que ella borda, esas no tienen aroma (Mi chiamano Mimì), para seguir con el dúo de amor que remata este Acto I: O soave fanciulla.

En el Acto II están algunas de mis melodías favoritas, como el vals de Musetta (Quando m’en vo), para mí un canto de alegría de vivir de esta mujer descarada y libre, por mucho que te la pongan en plan coqueta y mercenaria, como que solo quiere poner celoso a su ex, pero yo lo veo más como una afirmación de su fuerza femenina. No sé por qué, pero a mí me recuerda un poquito a Chi il bel sogno de Doretta, también de Puccini, de la menos conocida La rondine. Sale en la banda sonora de Una habitación con vistas, para los curiosos. Asocio estas dos arias en mi cabeza.

Aquí os la dejo, cantada por la soprano surcoreana Hei-Kyung Hong en el teatro de la Scala (2003):


¿Para qué seguir? También en los actos III y IV hay momentos sublimes de esos que te agarran por el cogote, y no importa tanto lo que cuentan sino cómo lo cuenta. Chicos, es que ya no sé cómo decir que la veáis, que merece la pena.

Hablando de grabaciones discográficas... Casi en cualquier ópera hay varias excelentes donde elegir. Aquí, la verdad es que es uno de esos pocos casos en que hay una indispensable en toda discoteca. Es la dirigida por Herbert von Karajan en 1972/3 para la Decca, con el coro de la Ópera de Berlín y la orquesta Filarmónica de Berlín. Los cantantes principales fueron: Mirella Freni (Mimí), Luciano Pavarotti (Rodolfo), Elizabeth Harwood (Musetta), Rolando Panerai (Marcello) y Nicolai Ghiaurov (Colline).

De esta grabación he leído cosas como que «Karajan satura el espacio de los colores orquestales más suntuosos y hace de esta Bohème una verdadera fiesta para los sentidos».


Para saber más, la wikipediaEl libreto, en español e italiano, así como discografía de referencia, en Kareol

En You Tube he encontrado esta grabación con Marcelo Álvarez como Rodolfo y Cristina Gallardo Domas como Mimì, en el Teatro de La Scala de Milán, y encima subtitulada en español. No, si el que no se cultiva es porque no quiere.



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