domingo, 9 de febrero de 2020

#33 Monasterio de Santa María de Moreruela



Cabecera con girola, por Rubén Ojeda (2010)
[CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons

                       
Ubicación: Moreruela (Zamora, Castilla y León, España)
Fecha: siglo XII
Estilo: Arte gótico
Tipo de edificación: religioso




Las ruinas son tan románticas e inquietantes…


La arquitectura religiosa en España es rica, variada y básicamente… alucinante. La continuidad en los asentamientos desde la época de los romanos hace que muchos templos estén aún en funcionamiento, enriqueciéndose (o poniendo pegotes) con nuevas aportaciones a lo largo de los siglos.

Pero, a veces, encuentras ruinas. Grandes monasterios que fueron riquísimos en la Edad Media y luego quedaron abandonados. Nadie se interesó por ellos en las amortizaciones del siglo XIX y ahí están, decayendo, hasta que las autoridades locales deciden recuperarlos como centro de interés turístico.

Tienen un aire realmente inquietante, y terriblemente romántico, todas esas edificaciones de piedra alzándose al cielo, sin techos, porque cabe pensar que se realizaron en madera y ha decaído por el peso de los siglos.

Creo que la primera vez que vi algo así fue San Pedro de Arlanza, en la provincia de Burgos, y fue toda una experiencia. Era… raro… y al tiempo, precioso.
 
San Pedro de Arlanza, fotografiada por J. A. Gil Martínez (2012)
Hoy voy a hablar de otras ruinas, muy significativas en la Historia del Arte, porque es una de las primeras obras de arquitectura gótica en España. De hecho, se la coloca en la primera fase, llamada protogótico.

El nuevo estilo llegó a la Península gracias a los cistercienses, ya que la orden construyó de esta manera los monasterios que iba fundando por toda la Cristiandad. Era una arquitectura esencialmente funcional, que pretendía usar los elementos más simples de manera eficiente. 

Es un estilo desnudo, en que el edificio brilla en la simplicidad de sus líneas, sin ornamentación que confunda el ojo. Obviamente tiene poco que ver con el gótico florido de siglos posteriores; no hay que olvidar que llegó hasta la época de los Reyes Católicos.

Las relaciones entre franceses e hispanos fueron muy continuadas a lo largo de la Edad Media. No solo por el Camino de Santiago, que ha aparecido aquí unas cuantas veces. También hubo relaciones de casas aristocráticas, e incluso de familias reales, entre los dos territorios, cuando nobles foráneos venían a buscarse la vida luchando contra los musulmanes en la Península. Por ejemplo, Alfonso VI, conquistador de Toledo, casó a su hija Urraca con Raimundo de Borgoña (1070-1107), y a este noble galo se debe la organización de la repoblación de la meseta entre el Duero y el Tajo. Su hijo fue Alfonso el Emperador (1105-1157), el primero de la dinastía de Borgoña en los reinos de León y Castilla.

Precisamente fue este Alfonso VII de León, llamado «el Emperador», quien llamó a la Orden del Císter a la península. Venía de épocas bastante revueltas, y una forma de lograr la pacificación de sus territorios es precisamente mediante los monasterios. Hay que pensar que no se trataban solo de centros religiosos, como podemos creer, sino que se constituían en el centro de un territorio, que organizaban, controlaban y del que eran el motor económico. Su implicación en mantener la paz era más fiable que la de los nobles, salvo los más leales, o los obispos de las ciudades, que tenían otros intereses diferentes.
 
Parte del muro sur de la iglesia, también de Wikimedia Commons

Alfonso VII entregó Moreruela a un noble leal, llamado Ponce de Cabrera, con el encargo de que construyera allí un monasterio. Y el resultado fue Santa María de Moreruela. Pertenece a uno de los grupos de edificios protogóticos en España: los cistercienses.

Aquí vemos las características de ese estilo gótico inicial, aún ligado al románico: el arco apuntado doblado y la bóveda de cañón apuntado, con escasos elementos decorativos; si se usa ornamentación, es geométrica o vegetal.

La cabecera de Moreruela sigue el modelo de girola y corona de capillas, y es la parte más antigua y característica de la construcción, por eso he escogido una foto de ella para encabezar el artículo.
 
Otro detalle de la cabecera, datada de 1126.
Fotografía de Borjaanimal, via Wikimedia Commons
Lo primero en lo que te fijas es en esa impresionante bóveda de cañón, ligeramente apuntado, que la cubre. 

Por debajo se distinguen tres niveles. 

El superior es el ábside principal, con arcos apuntados sobre ocho columnas. 

El nivel de en medio es la girola que rodea el ábside central; bóvedas de ojivas la cubren. 

Abajo del todo, encontramos siete pequeños ábsides.

Para saber más de esta edificación, como siempre, tenemos la Wikipedia.

En You Tube he encontrado este estupendo clip de cuatro minutos, que te visita Moreruela a vista de dron. Impresionante.



Ya sabéis, si algún fin de semana visitáis la provincia de Zamora, no dejéis de visitar estas conmovedoras ruinas.

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