domingo, 28 de noviembre de 2021

#20 La regla del juego

 

Póster en FilmAffinity


 


La règle du jeu

Año: 1939

País: Francia

Dirección: Jean Renoir

Música: Roger Désormières, Wolfgang Amadeus Mozart, Pierre-Alexandre Monsigny

 

Un clásico del Cine, sobre la banalidad de todo, creo, una comedia pesimista

 


En cierto sentido, me parece como el antepasado ligero, menos cruda y humillante, pero igualmente trágica, de Los santos inocentes de Camus. Ahora llamaríamos a La regla del juego dramedia satírica.

La historia empieza en un aeródromo donde un aviador acaba de lograr la hazaña de cruzar el Atlántico. Cree que lo espera una dama de la que está enamorado y cree que es correspondido, pero no. Eso le decepciona, porque este chico siente las cosas intensamente.

La mayor parte de la película se desarrolla en un casoplón en mitad del campo. Una fiesta campestre, con sus invitados. Habrá episodios de caza y otros momentos de entretenimiento en el teatrillo de la finca. Aquí todo el mundo flirtea, tontea, le pone los cuernos a los demás, sin darle demasiada importancia.

Todo muy ligero e inane. Te amo a ti, no, al otro, espera, que de verdad estoy enamorada de… Esa es la actitud de la protagonista, una mujer amada por tres hombres y que no acabo de ver a quien quiere de verdad, o quien está dispuesta a pasar el resto de su vida. No veo tampoco el atractivo de Christine, vienesa, hija de un famoso director de ópera, ni en su físico ni en su carácter. No sé si será intencionado o en realidad en la época la actriz Nora Gregor, era considerada una gran belleza. Si fuera adrede, te da un toque añadido de liviandad a toda la historia. Ella es tan pompa de jabón como el resto, pese a su desesperación por sentir algo más profundo, una pasión arrebatadora, algo que se salga del orden establecido.

Porque sí, los amoríos extramatrimoniales entran dentro de la tradición, nadie se escandaliza, solo hay que seguir ciertas reglas.

Eso en la parte de Arriba. Entre los criados, Abajo, también se desarrolla una tragicomedia de tonteo y celos en torno a Lisette, la doncella de la dama, y un marido, Schumacher, que no entiende la regla del juego. Con consecuencias trágicas que, también, se acaban barriendo bajo la alfombra, porque hay que tener estilo para estas cosas. No hay nada más vulgar que un crimen pasional.  

Hay tantos actores, y las interpretaciones son tan estupendas, que no sé en quien fijarme. Quizá en Corneille, ese mayordomo que mira todo con distancia y alguna vez muestra claro su desagrado, sabiendo guardar las formas. O el personaje que interpreta Géo Foster, tan guapo y ambiguo que hasta pensé si sería una actriz disfrazada de hombre. Pero no, al parecer este actor se especializó en ese tipo de papeles mundanos, algo afeminados. O el propio Jean Renoir, que interpreta a Octave, amigo de la protagonista, un tipo sin un duro pero que se lleva con todos y que puede que sea el amor verdadero de Christine… o tal vez no, aquí todo es tan volátil.

Es una película que mantiene su frescura. Cada vez que la ves te fijas en cosas diferentes. En su momento fue el filme más caro de la industria francesa, pero no fue muy bien recibida. Era muy distinta al cine que se hacía. O puede que el tono de alta comedia no encajara en esa atmósfera prebélica, de hecho, es del mismo año en que estalló la Segunda Guerra Mundial en Europa. En octubre, el gobierno francés la prohibió porque tenía una influencia indeseable sobre los jóvenes.

Pero tuvo una influencia enorme en los cineastas europeos posteriores.

No ganó ningún premio, no era algo de aquel entonces. Pero sí que ha sido considerada una y otra vez entre las mejores películas francesas de todos los tiempos, si no la mejor. No podía faltar en este recuento mío que intenta hablar de las cien mejores películas de la Historia del Cine.

No sé si recordáis aquel estupendo programa de televisión de Garci, «¡Qué grande es el cine!», una tertulia sobre muchísimas películas clásicas. Me quedé con la idea de que lo quitaron por motivos ideológicos, lo cual es lo más absurdo del mundo, porque no se metía en política, sino que hablaba, y muy bien, de cine. Si es así, un ejemplo de cómo la ideología de la cancelación y el sectarismo destroza tantas buenas cosas. La cosa es que dedicó uno de sus programas a esta película. Lo recomiendo como complemento casi imprescindible al visionado de esta película. Oyes comentarios sobre esta película como que es «muy triste, es una película muy pesimista, pero que no tiene el aspecto de película pesimista».

Podéis leer más en la Wikipedia, Film Affinity, o la Internet Movie Data Base

Para mi hija, esta es esa película viejuna en que un perro muerde a un conejo. Viejuna significa, para ella, en blanco y negro. A las mudas las llama silenciosas. Es curioso, inicié este blog en parte pensando en ellos, pero no creo que le vayan a sacar juego. Si alguna vez, a lo largo de su vida, sienten interés por las cosas que a mí me gustaron, aquí las encontrarán.

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